Disfrace mi amor de odio y mi dolor de sonrisas.
Zuly Villate.
MAIA.
La cabeza me iba a estallar y con dificultad comencé a abrir mis ojos. La intensidad de la luz no ayudaba con el dolor de cabeza, pero trate de sopesarlo mirando a otro lado en donde poco a poco logre ver a papá en una silla con el móvil en las manos.
—Papá. —susurre, pero fue casi inaudible.
Sin querer moverme mucho trate de ubicarme y entonces todo regreso a mi mente como punzadas, las luces en el pecho de papá, los disparos, los gritos de papá, Liam llorando, mamá gritando y Aidan discutiendo con Flavio.
—...resonancia, sus signos vitales se mantienen, pero...—un Doctor hablaba, pero en tanto una morena que reconocí de la situación con Serrano me miro, sus ojos se desorbitaron y entonces el Doctor fijo su vista en mí. Papá se despertó con el sonido de la puerta al cerrarse y me miró atónito.
—Maia. —susurro incrédulo mientras caminaba.
—Buenas tardes, Maia. —saludo el Doctor ubicando a mi derecha.
— ¿Dónde estoy? —pregunte con la garganta seca.
—En el hospital, recibiste dos balas. —respondió y asentí recordando ese momento.
— ¿Cómo están los demás? ¿Liam? —pregunte ansiosa.
—Voy a pedirte que te calmes, necesito hacerte unos exámenes y no te quiero alterada. —exigió el Doctor.
— ¿Qué exámenes? Me llamo Maia Ortega, soy abogada y recibí dos balas...
—Tu estado fue crítico Maia, entraste en paro y estuviste tres días inconsciente. —Argumento...—Soy Jaz.
—Solo quiero saber si todo está bien. —pedí y miré a papá en busca de respuestas.
—Todos estamos bien, los únicos heridos fuimos tú y yo. —señalo y asentí alzando las manos en señal de rendición.
—Bien.
Tras unos exámenes regresé a la habitación en la que estaba que por lo que vi está muy custodiada, es más...el pasillo estaba solo.
—Todo está bien, tienes buena cicatrización así que...
—Me puedo ir. —concluí y negó.
—Prefiero mantenerte esta noche acá, mañana en las horas de la tarde si sigues tan lucida y estable como ahora, podrás retirarte. —aclaro y voltee los ojos.
—Gracias. —simplifique y asintió retirándose junto a Jaz. Cuando estuve a solas con papá, quise recordar todo con lujo de detalle.
—Fue un ataque que...
— ¿Quién lo ordeno? —interrogue.
—Una mafia a la que ayude a desmantelar hace unos años. —respondió mandando abajo mi creencia sobre Daniel y Roció.
— ¿Dónde está Aidan?—pregunte al ver que la noche caía y no había señales de él.
—Está un poco ocupado—respondió levantándose. —Iré por agua, ¿quieres? —pregunto y asentí.
— ¿Estas así por lo que no puedes decirme? —pregunte y asintió, pero su mirada me gritaba algo que no podía descifrar.
Camino a mí y dejando un beso en mi frente, dijo:
—Se fuerte mi niña, te amo. —susurro y sin darme tiempo de objetar salió azotando a la puerta en el proceso.
Mientras esperaba a papá, trate de encontrar mi móvil, pero no lo halle y siguiendo las indicaciones de Julián, el doctor; me mantuve caminando, pero el dolor aún seguía y tratando de ocultarlo me mantuve serena.
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DEJAME DERRETIRTE +18
Ngẫu nhiênNo se puede amar de la noche a la mañana y no se puede odiar de la mañana a la noche. Amar y odiar. Dos palabras que están en lados opuestos cuando de sentimientos se habla, dos palabras que de acuerdo a nuestro estado de ánimo, situación o momento...