Busca a alguien que te sume,
No alguien que te reste.
AIDAN.
Lo obtuve.
Mi idea es estar preparados para todo, en caso de que lloviese tener un lugar espacioso y armonioso en donde estar.
Tengo un amigo del colegio que alquila carpas, me contacte con él y tenía disponible la más grande que considerando las personas que somos sobrara bastante espacio. En estos momentos la están levantando a medida que van organizando el suelo, las mesas y las sillas.
Maia tuvo que ir a dar indicaciones personalmente del cambio de dirección porque telefónicamente estaba convirtiéndose en una locura.
—Buenas. —saludo alegre Paulina y su sonrisa me puso alerta.
Esta loca.
Igual que Maia.
Sí, pero...en fin, la locura de Maia me gusta la de Paulina me asusta.
—Sea lo que sea que estés planeando...
—Ay, pero si yo soy un pan de Dios. —me dio suaves toques en el hombro. —Tan buena persona soy que mira, traje ayuda para lo que sea que nos pongas a hacer. —señalo la entrada por donde venían mis padres, Venus junto a Leonardo que viene con Guardián, Camilo, mi hermana y Flavio y por supuesto Emiliano y Gabriela.
—Estamos acá, ¿en qué ayudamos? —preguntó Ernesto y sonreí mientras empecé a repartir tareas.
Una vez la carpa armada, eran aproximadamente las cinco de la tarde. Optamos por ubicar bien las sillas y mesas de tal manera que las chicas fuesen el foco de atención.
Unos minutos más tarde Maia llego con la decoración y comenzamos a organizarla, nosotros nos encargábamos de las luces o conexiones mientras que las chicas ponían los centros de mesa y las demás cosas en las mesas o alrededor de la carpa.
Son casi las diez de la noche cuando se termina todo y todos comienzan a marcharse. Maia sigue hablando de la comida por teléfono, dando las ultimas indicaciones de hora y otros aspectos. Ernesto esta por irse cuando se devuelve en mi dirección.
— ¿Podrías comprarle algo de comer? —pidió sacando dinero de su billetera. —No ceno lo que mandaron de casa y...
—No te preocupes yo me encargo de que coma algo y la llevo a su apartamento. —asegure rechazando el dinero que quería entregarme.
—Gracias, no quiero estresarla más de lo ya está. —sonríe mirándola y asiento.
—Vete tranquilo, yo me encargo de ella. —dejo una palmada en mi espalda antes de alcanzar a su esposa quien al igual que mi madre estaba bastante agotada.
Maia termino de hablar por teléfono y los muchachos que estaban ultimando los detalles de la carpa se despiden, antes de irse les entrego una compensación por su esfuerzo y agradecidos toman camino de regreso.
Cuando entre a la carpa Maia está mirando detalladamente cada centro de mesa, arreglaba y alineaba las sillas, mesas, manteles...en fin, estába siendo ella.
— ¿Terminaste? —pregunte caminando a ella.
—No lo sé, siento que falta algo, pero...
—Yo sé que falta. —Articule ganándome su atención. —Que comas, te bañes y descanses. —se pasó las manos por la cara.
—No sé qué hubiera hecho sin tu ayuda. —señala y pude ver el cansancio en sus ojos.
—Lo tomare como un "Aidan muero porque cocines mientras yo me doy un baño". —mi propuesta la hace reír.
ESTÁS LEYENDO
DEJAME DERRETIRTE +18
De TodoNo se puede amar de la noche a la mañana y no se puede odiar de la mañana a la noche. Amar y odiar. Dos palabras que están en lados opuestos cuando de sentimientos se habla, dos palabras que de acuerdo a nuestro estado de ánimo, situación o momento...