~CAPITULO 11~

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"Y cuando se aprende a escuchar antes que hablar, la mente entiende lo que el corazón siente".

Zuly Villate.

MAIA.

Cuando llegué a la casa, Paulina está en situación romántica con Camilo por lo que en complicidad con Liam tratamos de hacer el menor ruido posible.

— ¿A dónde vamos tía? —susurró Liam mientras le ponía los zapatos.

—Narváez nos invitó a cenar. —abrió sus ojos emocionado.

"Estoy afuera".

Tomé mi bolsa y alcé a Liam en brazos, mientras bajamos Liam me miró asustado cuando escuchó a mi hermana.

— ¿Le está pegando? —preguntó inquieto y sonreí.

—No mi amor. Tú tío Camilo sería incapaz de golpear a tu tía. —le aseguré y asintió no muy seguro.

—Tía, estas muy guapa. —alagó y le di un beso en la mejilla antes de que sus ojos viesen a Narváez bajar del auto.

¡Santa mierda!

Esta verdaderamente sexy. Luce una camisa manga larga blanca y sus pantalones son grises y se ajustan perfectamente a sus buenas piernas, sus músculos en sus brazos se marcan y el que los primeros botones de su camisa estén desabrochados me hace querer arrancarle esa camisa.

¡Piensa en Liam!

—Estas...—al parecer no encuentra palabras, pero la mirada que me dedica me deja muy en claro que le gusta lo que ve.

—Gracias. —sonrío y alzó a Liam.

Opte por algo casual. Una camisa corta blanca, shorts de jean, botas negras y un blazer al color de las botas.

— ¿Qué quieres hacer campeón? —le preguntó.

Si existe otro aspecto que me gusta de Narváez es la manera tan familiar y protector con la que trata a Liam. Me gusto que no hiciese a un lado a Liam con tal de que tuviésemos esa cena, es decir, me gusto que lo incluyera.

Sé que necesitamos un tiempo a solas, necesitamos hablar de lo que pensamos y de lo que estamos haciendo, pero, que tenga en cuenta a Liam hace que sienta ese jodido galopeo en mi estómago que solo Narváez sabe provocar.

—Iremos al centro comercial, ¿estás bien con ello? —preguntó y asentí. —Bien Liam, sube. —lo animó y me pregunte, ¿de dónde saco este carro?

En su McLaren no había puestos más que para dos personas.

—Este carro...—señale y me miró para después mirar a Liam.

—No iba a conducir a las velocidades que acostumbro con un niño abordo. —respondió. —Es de mamá. — se encogió de hombros abriendo la puerta de copiloto.

—Gracias.

...

Vaya que Narváez sabe cómo sorprenderme.

Jamás creí que un sujeto con él, es decir: millonario, elegante y bastante formal. En fin, no imagine verlo comiendo pollo apanado sin cubiertos y de una caja mientras no deja de platicarle a Liam sobre las ideas que trae en mente para futuros diseños de edificios.

Liam está fascinado escuchándolo, yo aprovecho para responder unos cuantos correos que son importantes.

—Quiero ir a jugar. —mencionó Liam saltando de la silla.

DEJAME DERRETIRTE +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora