~CAPTULO 23~

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Con la persona correcta,

Todo momento es indicado y perfecto.

Zuly Villate.

AIDAN.

Siempre me ha gustado el olor de comida hogareña y la vista que tengo de Maia en la cocina mientras mira una las tantas series que le fascina ver en vez de desconcentrarme me llena de inspiración y quedo sorprendido con lo que he logrado en la hora y media que Maia ha estado acá.

Trazo los últimos detalles antes de guardar todo. Mientras camino a ella noto lo mucho que le gusta cocinar y lo fácil que se entretiene mirando el celular; el sonido del microondas la trae a la realidad.

—Aidan esto ya está, te advierto que si sigues diseñando voy a comer...—hablaba si mirar a sus espaldas así que la rodee con los brazos y no la deje continuar.

— ¿Sola? Sigue soñando. —objete y sonrió girándose.

— ¿Terminaste? —pregunto y asentí. —Te ves cansado. —murmuro acomodando unos mechones de mi cabello.

—No siempre lo que se ve es lo que se es. —asegure y rio girándose.

—Ayúdame con la mesa. —señalo destapando una de las ollas.

—No sabía que cocinabas.

— ¿Que te digo? Soy una mujer multifunciones. —respondió y se encogió de hombros.

—Abogada, Hija, Tía, Hermana, Amiga, Heroína...

—Asesina. —Me interrumpió y la mire en reproche. —Sabes que es cierto...

—Fue en defensa propia, de no ser por lo que hiciste estarías muerta. —brame.

—Hubiese preferido...

—Él hubiese no existe Maia, sonare insensible y sé que ninguna vida vale más que otra, pero prefiero verte viva que tres metros bajo tierra.

—La culpa pesa y callar lastima, no sabes cuantas veces he recordado sus rostros, el momento en el que dispare el arma, la sangre esparciendo en el suelo...esos recuerdos no me dejan tranquila...

—Rostros de unos asesinos, disparos por los cuales puedo verte y escucharte hoy, sangre que debía derramarse. Maia no fuiste tú quien comenzó la guerra, Serrano...

—Suenas muy egoísta. —recriminó llegando con la comida a la mesa.

—Prefiero ser egoísta y tenerte viva, que verte en una puta tumba. —escupí elevando el tono de mi voz.

Maia me miro un tanto anonada, pero con cierta ternura en su expresión.

—Maia también soy un asesino, he matado a tres sujetos que intentaron matarme a mí y, ¿sabes qué?, no me arrepiento. Por pensar en los demás mucha soeces me han pisoteado, me han humillado y han hecho de mi vida una mierda así que no pienso dejar que unos fantasmas arruinen lo único bonito y real que he tenido en la vida. —decrete con la presión del pecho palpitante, sus ojos se cristalizaron, pero el timbre el ascensor evaporizo todo sentimiento.

Miré mi teléfono y se trataba de Cristina y Matías, concedí acceso cuando noté a Cristina llorando.

—Cris... ¿Qué?... ¿Qué paso? —pregunto Maia recibiéndosela a Matías.

—Roció la cacheteo en el restaurante en el que estábamos. —respondió Matías.

—Matías llama a Paulina y pídele que se quede con Cris, esa mujer va a escucharme.

DEJAME DERRETIRTE +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora