Capítulo 16

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Ya era otro día, y parecía que el clima también está triste, el cielo era nublado.

Valeria ayudaba a Esteban con su última maleta.

—Ya está, ¿Todo listo?— Preguntó Valeria.

—Si, ahora al aeropuerto— Contestó con una voz quebrads. —Te voy a extrañar mucho Val—

—Yo también, le hable a los muchachos, ellos nos alcanzarán en el aeropuerto para despedirse de ti— Valeria abrazó a su amigo.

Los dos tomaron cada uno dos maletas de ruedas. Salieron del cuarto cerrando la puerta.

Al salir del cuarto se encontraron con Iván, Valeriairaba en cielo a ambos, sus miradas eran neutras.

Esteban lo esquivó y siguio derecho, Valeria repitió su acción.

—Ya lo perdiste...— Susurró Valeria cerca del oido de Iván al momento de pasar por su lado.

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—¿Estás listo, hermano?— Laura asomó su cabeza por la puerta del cuarto del mayor. —Mira que si no te das prisa no llegarás a despedirte de tu amigo, papi Ari ya está listo para llevarte al aeropuerto para que puedas despedirte—

—Ya estoy, solo me falta la Pulsera de...— Daniel buscaba en su armario.

Laura miraba como su hermano buscaba desesperadamente algo, miró a su lado y vio que estaba tirado en el piso la pulsera (manilla) favorita de su hermano. Era la mitad de una pulsera que compartía con Sebastián.

—¿Buscas esto?— Alzó el objeto y lo mostró.


—Si, neta, debo ser más cuidadoso con mis cosas— Suspiro aliviado.

—¿Apenas te das cuenta?— Bromeo Laura. —Date prisa niño—

Y se fue del cuarto del mayor.

Después de terminar de arreglar rápido su cuarto, bajo al primer piso, se despidió de sus hermanos y de su papá.

Salió de la casa y fue corriendo al auto de su papá Ari que lo esperaba fuera.

Antes de entrar al.auto, fijó que el auto de la mamá de Sebastián estaba.afuera de la casa y vio como el menor salía de la casa.

Sus miradas cruzaron por unos segundos, y eso los padres de ambos jóvenes no pasaron por alto.

—Daniel, subete al auto— Ordenó Ari.

—Ehm...si papá—

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Daniel se encontraba en su celular mientras llegaban al aeropuerto.

Apartó un momento la mirada del dispositivo y miro por la ventana, vio como un chico que reconoció corría con rapidez.

—¿Iván? ¡Papá, para el auto!— Pidió con una vozun poco alta. —¡Hey, tú!—

—¿Eh? Ah, hola— Saludó el chico.

—¿Vas al aeropuerto?— Pregunto. Iván asintió. —Oye pa', ¿Te molesta llevar otro pasajero?—

—No hay ningún problema— Y quitó el seguro de las puertas del auto.

—Subete al auto pero ya— Ordenó con seriedad.

Mejor Amigo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora