Dos grandes amigos, Daniel y Sebastián, ambos se conocen desde hace 10 años. Literalmente han crecido juntos.
"Amigos por siempre". Esa fue su promesa cuando apenas tenía 5 años.
Pasaron los años y esos niños crecieron, todo marchaba bien, pero a...
La noche era hermosa y mágica. La luna siendo testigo de ese momento tan lindo entre dos adolescentes locamente enamorados.
Ambos chicos se encontraban tirados sobre un mantel en el piso. La cabeza dei menoe descansaba en el pecho del más alto.
—No me esperaba todo esto, es muy lindo, gracias— Susurró como si no quisiera los escuchar, pero solo eran ellos. —También las flores son muy lindas, me encantó todo esto—
—No tan lindo como tú— Murmuró solo para ellos.
Las mejillas del menor ardían de lo sonrojadas que estaban. Amaba cuando que el chico que le gustaba sea tan atento ybamoroso con él.
—Deberíamos de regresar a la fuesta ya— Sebastián se sentó en el mantel. —Mis oadres deben estaf preocupados—
—Una última sorpresa—
—¿Enserio hay más? ¿No crees que con esto ya es suficiente?—'
—Hoy es tu día y jamás será suficiente, te prometo que es la última y será la mejor—
—De acuerdo, ¿Qué es?—
Al momento de hacer esa pregunta Laura apareció con un globo color azul que de ella colgaba una carta.
—El correo ha llegado— Dijo Laura.
Sebastián tomó el globo, quitó la carta y volvió a entregar el globo. Con intriga de saber el contenido de la carta, empezó a leerla.
"Sé que muchas rompí tu corazón, y muchas sin darme cuenta del daño que provocaba en ti; no puedo perdonarme porneso.
El pasado no puede cambiar y tampoco eliminar las cicatrices del corazón. Pero el presente es una oportunidad para escribir el futuro, nuestro futuro.
Hemos crecido juntos, sabemos nuestros momentos más vergonzosos, hemos compartido risas y momento inolvidables.
Si me hubiera dicho que me enamoraria de mi mejor amigo lo más probable es que les hubiera docho que están locos, pero ahora el loco soy yo, loco de amor.
Quiero ser parte de tu presente, de tu futuro, celebrar juntos los triunfos del otro, ayudarte en tus peores momentos, ser el que te haga reir cuando te sientas triste.
Por qué algo que amo de ti es verte sonreir, quiero ser la razón de esas sonrisas.
Tal vez suene muy cursi, pero solo lo jago por ti; por el chico que se robó mi corazón.
Por eso hoy quiero hacerte la pregunta..."
—¿Quieres ser mi movió?—
El corazón de ambos Latian con rapidez, parecían que querían salir de su lugar.
Los ojos cristalinos del menor amenazaban con soltar unas lágrimas, sin poder nada, asintió su cabeza barias veces en un "si" mientras abrazaba al que ahora oficialmente era su novio.
Duraron abrazados en silencio por unos minutos, silencio que no era para nada incómodo.
Se separaron un poco del abrazó, y se miraron a los ojos con una sonrisa..
Sus miradas decían lo que no podían expresar con palabras.
Aus labios rozaban, aun sin quitar la sonrisa de ellas. Hasta que paso...su primer beso como novios.
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De ese romantico momento solo eran testigo la Luna que iluminaba ls noche y las mellizas que miraban de la entrada del jardín.
—¿Ahora si puedo decir cuñado?— Preguntó Isabella mirando a su hermana.
—Ahora si— Contestó entre risas por la pregunta de su melliza.
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—Y cuando se besaron fue lo más tierno— Chillaba de felicidad Isabella al contar lo que sus ojitos vieron. —Enserio que ml futuro novio me tiene que haver algo oarecido por que si no que se olvidé mi—
—Ay Isabella, ¿Tú crees que papá te dejará tener novio?— Temo miraba a su pequeña niña y luego a su esposo.
—Tú no tendrás novio hasta los 40 años— Dijo Ari mirandoba su hija. —También va para ti Laura—
—Muchachos los felicito por su nueva relación, les deseo lo mejor para ustedes— Felicitó la madre del menor.
—Gracias mamá, ehm...¿Papá?— La mirada de Sebastián sensorial a su padre que se veía serio.
—Uhm...los felicito chico, Daniel cuida mucho a mi hijo, cuidense los dos mutuamente— Dijo el señor cortando su silencio.
—No se preocupe señor, no pienso descuidarlo—
—Pero bueno, la noche todavía no termina, ¡Vamos a bailar!— Con ánimos, Valeria tomó las manos de sus amigos y los llevo al jardín donde los invitados bailaban. —¡AUELTALA DJ!—
Esa noche no solo celebraban el cumpleaños de Sebastián; también celebraban el inició de una relación que promete luchar por su futuro.
La felicidad de unos es la tristeza y dolor de otros, y una chica de cabellos tinturados de morado miraba con odio a los tres anigos que reían.
