Capítulo 37

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Fue un largo viaje de regreso a Ciudad de México teniendo en cuenta que uno de los pasajeros estaba mal de salud. Pero por fin estaban en el hospital.

Daniel estaba sólo en la sala de espera, desesperado por saber información de su novio.

Alzo la mirada al escuchar dos voces llamar su nombre.

—Papá....todo es mi culpa—

Cuándo se convirtió en hermano mayor por primera vez, siempre se juró a él mismo ser fuerte y valiente por sus hermanos, pero sentir como sus padres lo abrazaban fue suficiente.para soltar las lágrimas que llevaba aguntando.

—Si hubiera estado más al pendiente tal vez nada de esto hubiera pasado, si él no hubiera venido conmigo tal vez estaría mejor....tengo miedo—

—El único error fue el que ustedes dos se fueran a otro país sin decir nada—

—Tu papá tiene razón, y de eso hablaremos luego, ahora debemos pedir por la salud de Sebastián, ¿Ari, ya le avisaste a los padres de él?—

—Ya, dijieron que cancelaron todas sus reuniones en la empresa para venir rápido—

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Los padres del menor ya se encontraban en el hospital, Daniel no les hablaba pies se sentía culpable de la situación.

—Vine lo mss rápido posible, ¿Han dicho algo?—

Valeria, ya con ropa normal, llego corriendo al lado de su amigo.

—No, llevamos aquí una hora y no han dicho nada—

—Todo estará bien, él es fuerte—

—Val, algo en mi me dice que nada está bien—

—No, no seas negativo, esa gente pagar por todo los daños—

Mientras ellos hablaban el doctor llegó a la sala de espera.

—¿Familiares de Sebastián Azacárraga Gonzales?—

(Numca me había dado el trabajo de investigar el primer apellido de Sebastián a fondo, pero.ahora investigue un poco y al parecer es un apellido poco común 😳)

—¿Como está mi hijo, doctor?—

—Calmese señora, no es nada grave. Su cuerpo sólo esta un poco débil debido que no ha recibido las vitaminas y comida suficiente, desde ahora en adelante el joven debe tener una alimentación balanceada, procurar comerse todo—

—Entendemos, ¿Y cuando podremos llevarlo a casa?—

—Primero debe recuperar fuerzas, para mñana podrán llevarselo; sobre las.visitas, podrán entrar de a 2 personas—

Los padres de Sebastián miraron a los dos jovencitos que estaban alejados de ellos.

—Ustedes deben los primeros en entrar—

—Pero señor, ustedes son sus padres—

—Y ustedes la mejor amiga y novio de él, y no sigas Valeria—

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Valeria y Daniel ingresaron en silencio al cuarto dónde tenía a Sebastián.

El menor ya se encontraba despierto, pero tenía la mirada en la pequeña ventana del cuarto.

—Hola....—

Murmuraron los dos.

Sebastián volteó y un una voz bajita devolvió el saludo.

—Nos diste un susto de aquí al cielo, ¿No es verdad, Daniel?—

—Ehm...si, pero por suerte no era algo tan grave...—

Valeria se dio cuenta de la fuerte tensión.

—Ehm...¿Nos explicas por qué no nos habías dicho nada?—

Valeria trataba de disminuir la presión.

—Yo....lo siento, el pasado seguí atormentandome—

—Enrre los 3 ya habíamos hablado, ¿Te das cuenta que pusiste en riesgo tu vida?—

—Lo sé Valeria, dejé que el pasado me ceguera y no me di cuenta de las consecuencias—

—Espero que esto que ocurrió les ayude a darse.cuenta que el más mínimo error puede causar un gran problema, y yo ya dije lo que tenía que decir, los dejaré solos—

Valeria se retiró del cuarto dejando a los chicos en un silencio absoluto.

—Ehm....¿Estás enojado conmigo?—

Sebastián fue el primero en romper ese incómodo silencio.

—No....estoy enojado conmigo mismo—

—¿Qué? ¿Pero porqué?—

—Todo es.culpa mia, si me hubiera dado cuenta que tú otra vez te estabas lastimando....nada de esto estaría pasando, en primera no debí pedirte que me acompañara—

—No, no digas eso; la culpa es mia, nunca he sido tan fuerte como para dejar mis miedos, siempre volvió al inició, tú me has ayudado mucho, me ayudaste a dejar que no siguiera cortandome, me has enseñado que el sol siempre vuelve a brillar, eres como un ser de luz....eres mi ser de luz—

Las lágrimas hicieron presencia en los dos, pero esta vez eran lágrimas de felicidad.

Valeria miraba desde bodrio del cuarto y sonreia al ver a sus dos mejores amigos felices.

Cuándo creemos que la guerra acabó, una última batalla llega.



Mejor Amigo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora