Capítulo 31

67 10 10
                                    

Sé que la historia ya va muy avanzada, pero estoy pensando seriamente cancelar la historia.

Eliminarla y hacer como si nunca hubiera existido.

Voy a tratar de seguir con la historia hasta terminarla, pero no creo poder.

Después de un largo viajé en avión, la joven pareja a Nueva York.

Con sus manos entrelazadas caminaban por el aeropuerto del país estadounidense.

Buscando a la amiga de la prima de Daniel, con la ayuda de una foto que le fue enviado por mensajes.

—No lo sé Daniel, no fue a ninguna mujer que se parezca a la de la foto—

—Debería estar, no conocemos la ciudad y...—

_¡Holaaa! ¡Aquí!—

Ambos chicos buscaron la dueña de esa voz. A una corta distancia lograron distinguirla; vabello largo y castaño, ojos avellana, un cuerpo delgado.

La mujer que buscaban; se acercaron a pasos rápidos.

—Hola, ¿Daniel y Sebastián, cierto?—

—Si, yi soy Daniel y él es Sebastián, mi novio; ¿Tú eres María?—

—Así es, tu prima Yolo me pidió que les diera alojamiento durante su tiempo aquí en la ciudad—

—Y gracias por dejarnos quedar en tu casa—

—No es nada, Yolotl ve hablo muy bien de ti, no mucho de tu acompañante, pues me dijo que no conocía  tu novio—

—Yolotl recuerda a Sebastián como mi mejor amigo, no lo conoce como mi novio, apenas llevamos un mes—

—Qué lindo, ahora vamos a mi auto; oh, tengos dos hijos de 5 y 14 años—

La mayor junto con los dos chicos a su lado izquierdo, caminaron a la salida de aeropuerto; luego a un auto color rojo donde esperaban.un joven adolescente con un pequeño niño en brazos.

—Hola mamá, ¿Ellos son nuestros invitados?—

—Si, ellos son Daniel y Sebastián—

—Oh, un gusto—

El chico de 14 años era de piel un poco morena, de cabellos rojizos y ojos color azul.

El niño de de 5 años era de piel blanquecina, cabellos castaños y ojos azules.

Mientras tanto en ciudad de México, las mellizas recién despertaban y se dirigían a al cuarto de su hermano mayor.

—Be mano, tenemos hambre—

Una somnolienta Isabella fue la primera en entrar al cuarto, detrás de ella iba Laura.

—Hermano....¿Uhm? Lau, ¿Y Daniel?—

—¿Qué? Está en su cama durmieneo—

—No, no está—

—¿Qué?—

Los oscuros ojos de Laura se abrieron xageradamente al ver la cama vacía del mayor.

—Es miércoles, nuestros padres no van al trabajo, ¡Vamos Lau!—

Las niñas corrieron al cuarto de sus madres. Al entrar notaron que ambos dormían dando la espalda al otro.

—¿Piensas lo mismo yo?—

—¿Qué posiblemente Daniel fue en busca de la persona que ha provocado esto? Si, eso mismo pienso—

—Pero igual debemos despertarlos, en algún momento se darán cuenta—

Mejor Amigo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora