Capítulo 33

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—¿Me estás jodiendo, Daniel?—

Sebastián miraba a su npvio con una mirada nada agradable.

—¡Bajale a tu tono dos rayitas! No fui yo el que salió corriendo como loco y nos desviamos del camino que veníamos tomando—

—¿Estás diciendo que fue por mi culpa? Yo sólo traté de escondernos para que no nos siguieran persiguiendo—

—Si en primer lugar me hubieras dicho que nos venían siguiendo—

—Algunas veces no te soportó, tienes suerte que estamos en una ciudad desconocida porqué si no hace rato me hubiera ido—

—Dejemos la pelea para otra ocasión, ahora debemos averiguar como volver a la casa de la señora María—

—Cuando regresemo a México le diré a tus oadres que te enseñen a memorizar cosas que veas en el camino; yo recuerdo que antes de correr habíamos pasado por una cafeteria que estaba al lado de una heladeria, luego a unas cuantas casas una ferretería, cerca de la generaría hay un parque con una enorme estatua en toda la mitad del parqué,  estatua tenía forma de una paloma. Y por ahí queda la privada de la señora María—

Daniel quedo sin palabras.

La memoria que poseía el menor era impresionante.

—De acuerdo....tú serás el guía—

[---]

—Y llsto, hemos llegado a la privada;cuando tienes una buena memoria no es difícil perderse—

El chico se le hizo raro no escuchar algún comentario bromista por parte de su novio, pues desde niños sus peleas eran por las bromas por parte del mayor.

Miro a su novio y notó que miraba a otro lado, como si no quisiera hacer ningún contacto con él.

—¿Ocurre algo, niño fastidioso?—

—¿Niño fastidioso? Así me llamabas cuando estabamos chiquitos—

—Todavía estamos chiquitos, apenas tenemos 16, pero no me cambies de tema; conozco esa cara, ¿Qué te pasa?—

—Nada...nada importante—

Notó que empezaba a llorar, un llanto en silencio.

—Esas lágrimas me dicen lo contrario—

—Yo....lo siento, nunca debí traerte conmigo, sólo te estoy poniendo en peligro—

—Ya cállate....aunque no me lo hubieras pedidas yo no te hubiera dejado ir sólo. ¿Te recuerdo la promesa de amistad que hicimos de niño?—

Dos pequeños de 6 años se encontraban en un rincón de la escuela.

Su escuela se encontraba en pleno festejo por el fin de otro año escolar.

Los dos mejores amigos jugaban a un divertido juego que consistía que uno tenía los ojos vendados y debía dibujar algo, el dibujo debía ser adivinado por el otro.

Ahora ei que tenía los ojos vendados era Daniel.

—¿Es un árbol?—

—No, no es un árbol, te daré una piesta, es un animal—

—¿Eso es un animal?—

Mejor Amigo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora