Capítulo 6.

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T/N Hargreeves.

Permanecí gran parte de la tarde escondida en aquel lugar que se catalogaba mi zona segura, cuando salí de ahí fui directo con Pogo y mamá. Como lo supuse, los había puesto en total preocupación y alerta, aparecí en el momento justo porque ellos pensaban avisarles a mis hermanos y ponerlos a buscarme hasta por debajo de las rocas.

Le expliqué todo lo que había pasado, desde que consumí la medicación hasta cuando tuve que esconderme ya que el efecto estaba llegando a su fin. Ellos lo entendieron, Pogo me ordenó que debía comer algo y después irme a descansar.

Así que ahora me encontraba en mi habitación, leyendo uno de los tantos libros de romance que papá me había permitido leer. A veces me imaginaba que yo vivía ese tipo de historias románticas, pero en eso se basaba solamente, en una tonta imaginación.

—Jamás sabré lo que es el primer beso de amor verdadero —suspiré.

¿Beso de amor verdadero? Hazme un favor y mejor piensa en cosas menos ridículas.

Deja de meterte en mis pensamientos, además, vives dentro de mí así que te aguantas.

Por favor que alguien te haga un exorcismo y me saque de aquí.

Alejé de mi cabeza la voz que oía dentro de ella, mi conciencia llegaba a ser tan insoportable y no ayudaba el hecho de que estuviera conectada con la criatura en mi interior. A pesar de que yo mandaba, solía tener su propia voz, a veces era buena hablando y otras simplemente deseaba que se callara.

Cerré el libro, mientras soltaba un suspiro cansado, el atardecer se podía apreciar a través de mi ventana, solía admirarla cuando me sentía triste y quería despejar mi mente. Unos toques a mi puerta me sacaron de mi pequeño trance, caminé hasta ella y la abrí, encontrándome con Vanya.

—Hola —saludó tímida.

—Vanya, que bueno verte —sonreí, me hice a un lado para que ella pudiera pasar.

—Lamento molestarte, pero quería pasar tiempo contigo, te he notado algo decaída —comentó.

Traté de buscar algún indicio en ella que me mostrara que su interés era con otras intenciones, pero Vanya mostraba sinceridad y eso agitó mi corazón de una manera feliz.

—Oh, ya te he espantado con mi cara de lamento —me reí.

—No, solo me preocupo por ti, es que ahora somos familia y quiero que me tengas confianza —dijo, junto sus manos con las mías —. Quiero ser una hermana y amiga, sé que podremos llegar hacerlo.

Mis ojos comenzaron a sentirse mojados, me sentía feliz al escucharla, por fin tendría a alguien con quien compartir cosas de chicas.

Presiento que ella miente.

Ignoré ese pensamiento, no iba arruinar mi primera amistad con presentimientos tontos y exagerados. Vanya tomó asiento en mi cama y yo imite su acción.

—Y bien, ¿qué es lo que hacen las amigas? —pregunté.

Vanya me sonrió dulcemente.

—Bueno, supongo que se cuentan cosas, problemas, sueños, aspiraciones o secretos —dijo.

Al oír lo último mi estómago se revolvió, creo que empezaba arrepentirme ahora.

—¿Obligatoriamente?

—No, cuando una persona está listo para compartir algo, entonces puede hablarlo con sus amigos —explicó.

Menos mal, comenzaba a ponerme nerviosa.

Secretos (Cinco y T/N)  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora