Secretos (Cinco y T/N) ✅

Capítulo 19.

T/N Hargreeves.

Desde hace tres días estoy por la academia como algún espectro, sintiendo las miradas de pena que me dan mis hermanos y los Umbrella, aunque me alivie el hecho de que no los haya olvidado en los momentos que me encuentro bajo los efectos del medicamento. No podía dejar de sentir nervios con la simple sospecha de que las pastillas estaban dejando de hacer lo suyo, ya que el efecto cada vez duraba muy poco.

Como todas las mañanas después de desayunar, tomé mi medicamento como papá me lo había dictado. Esperaba resignada que comenzara hacer efecto, pero no lo sentía, así que decidí tomar una más pero ni así.

Miré mi reflejo en el espejo y mi aspecto se veía normal, bajé la mirada hacia el frasco de pastillas para confirmar que eran las correctas y que no me había equivocado. Volví la vista hacia el espejo, pero esta vez mi reflejo se veía distinto.

Tenía piel pálida, sombras debajo de los ojos y el detalle que más me caracterizaba cuando mi habilidad se hacía presente: ojos totalmente negros.

—El medicamento ya no funciona, ¿verdad?

Pude notar la burla y satisfacción en su voz, la criatura dentro de mí había conseguido la manera de librarnos del efecto de las pastillas. 

—Sabes que nos darán otro medicamento, ¿cierto? —le pregunté.

—Podrán medicarnos por el resto de nuestra vida, pero nosotras siempre lograremos cortar el efecto en algún momento.

Suspire cansada y tomé asiento en mi cama.

—¿No piensas salir? Creí que estarías en busca de aquel idiota egocéntrico que te tiene enamorada.

—Se llama Cinco —le recordé y vi como rodó los ojos —. Y no, si salgo de aquí papá se dará cuenta de que estoy perfectamente bien y será peor.

Sabía que él notaría lo de la falta de medicación y me induciría a algo peor, tal vez un castigo hasta que hiciera nuevas pastillas. 

—Tienes razón, pero no debemos quedarnos por mucho tiempo aquí o sospecharían que algo sucede. Creo que tengo una brillante idea.

Dijo con una sonrisa, a lo que me hizo alzar una ceja.

—Déjame adivinar, ¿La idea es matar a papá? —pregunté.

—Iba a decir fingir que estás medicada, pero tu idea es más tentadora.

Negué con la cabeza, su idea se oía demasiado buena, tal vez si podría hacer creer a papá que me encontraba adormecida.

—¿Cómo se supone que lo haremos? —me puse de pie, lista para escucharla.

—Has uso de tu poder, tu piel suele volverse pálida cuando lo usas, con eso debería bastar. Ya tú te encargas de actuar como sea que lo hagas cuando estás medicada.

Me crucé de brazos.

—¿Qué haré con el color de ojos? Sabes que se ponen negros cuando uso mi poder —le recordé.

—Intenta de que no lo sean, tú eres la poderosa aquí, deberías saber como controlarte.

Dejé salir un suspiro, cerré los ojos un momento y me concentré lo suficiente como para liberar un poco de mi poder.

Vamos, T/N. puedes hacerlo, solo idealízalo en tu mente.

Abrí los ojos y me sorprendí al ver mi piel pálida, mis ojos parecían tener ojeras muy oscuras que le daban a mi aspecto un toque demacrado. Mis ojos seguían normales y eso me hizo sonreír, lo había logrado.