Capítulo 17.

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T/N Hargreeves.

Al otro día después de lo sucedido, Pogo nos mandó a llamar a mis y hermanos y a mí, lo cual ya se veía venir. Él estaba a cargo de nosotros en lo que papá no se encontraba en la academia, así que junto a mis hermanos, le dimos una explicación de las cosas con unos ligeros cambios a la verdad.

Estaba tan molesta con Jack que quería dejarlo como lo peor frente a Pogo, así que convencí a mis hermanos de decirle que él fue quien había iniciado todo, tanto las miradas de odio hasta que él lanzó el primer golpe e iba con toda la intención de matar a Cinco. También le dije a Pogo que él buscaba lastimar a los Umbrella, haciendo quedar como lo más detestable a Jack.

Claramente él se defendió pero Pogo no le creyó ya que todos concordamos con lo mismo, lo reprendió diciéndole que no entrenaría por un largo tiempo y que Pogo consideraría si asistía a misiones o no. También le dijo que le informaría a papá sobre esto, haciendo que mi hermano tratara de convencerlo porque no dijera nada pero fue en vano.

—Pogo, por favor —volvió a pedir en modo de súplica.

Pogo negó y lo miró con pena.

—Lo lamento, amo Jack. Pero me temo que incidente no puede pasar por alto —contestó.

Jack apretó sus manos en puño y le pasó por un lado a Pogo, chocando su cuerpo adrede.

—Idiota... —Ben estaba a punto de tomarlo del brazo, pero Pogo lo detuvo.

Jack se fue y todos sentimos un ambiente un poco incómodo.

—Perdónalo, está comportándose como un niño pequeño —Logan se disculpó con Pogo y este le sonrió.

—No te preocupes, desde pequeño fue así —mencionó, quitándole importancia a lo que sucedió.

Me despedí de Pogo y de mis hermanos, salí del despacho en donde estábamos y caminé con sigilo al cuarto de Cinco. Mamá había dictado que él debía descansar y que por unos días no podría entrenar y ni ir a misiones, claramente me reí por lo bajo ya que él ni siquiera tenía permitido asistir a misiones.

Di unos toques en la puerta y escuché la voz de Cinco permitiéndome entrar, abrí la puerta y lo encontré en su cama con la pijama aun puesta. Cerré la puerta detrás de mí y me acerqué a él, sentándome a un lado de la cama.

—¿Cómo te sientes? —pregunté.

—Muy bien, no entiendo por qué debo permanecer aquí —se quejó —. Detesto que me hagan ver inservible.

—No eres inservible, solo debes reposar por tu bien —le recordé —. Las heridas que tienes son muy feas y tu cuerpo aun sigue adolorido.

—Claro que no, mi cuerpo está perfecto —aseguró.

Si no lo conociera ya me hubiera convencido, pero sabía que él diría lo que sea con tal de no permanecer en una cama como lo estaba ahora. Si algo había aprendido de Cinco, es que él odiaba sentirse incapaz de poder hacer algo.

—Solo descansa unos días más y ya —suspire.

Él asintió a regañadientes, lo cual me causo cierta gracia.

—Entendido, chica demonio —dijo él.

Arrugue mis cejas ante su apodo, ¿chica demonio? Vaya, que originalidad.

—Cállate, idiota egocéntrico —le respondí.

Su sonrisa se borró al oír el apodo que le puse.

—No es gracioso —dijo.

—Para mí lo es —me burlé.

Pasé un rato más en su habitación, hasta que tuve que irme porque no quería que mis hermanos comenzaran a buscarme y no me encontraran. Salí muy feliz de la habitación, cuando una mano me tomó por el brazo y comenzó a jalarme. 

Secretos (Cinco y T/N)  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora