Capítulo 24.

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Jack Hargreeves.

Ingreso con tranquilidad al elevador, presiono el botón que me llevará hacia mi objetivo y espero paciente a que el elevador se detenga. Las puertas se abren y sonrío al ver el cuerpo de T/N acostado en la camilla.

Sus ojos están del todo cerrados, su respiración es tranquila y está demasiado quieta, cualquiera pensaría que está en un sueño profundo y claramente lo está. Administro la dosis que le daré, sin excederme demasiado o podría hacer que cuando se despierte se salga de control.

Tomo una de las jeringas con la sustancia que hará que ella sea mi ayudante en lo que planeo, sin negarse o tratar de detenerme. Ella no quiso ayudarme por las buenas y yo no podía arriesgarme a perder la oportunidad de utilizar su poder ya que es muy fuerte y es el único que me ayudaría a doblegar a cualquiera.

Me acerco a su cuello y lentamente, clavo la aguja de la jeringa ahí, soltando el líquido. Doy unos pasos hacia atrás, estando alerta de lo que pueda pasar, sé que al principio ella gritará de dolor pero después de unos minutos, será como tenerla bajo mi control.

Ella sigue inmóvil, sé que la sustancia está trabajando en lo suyo para hacer efecto y me encuentro sonriendo cuando veo como ella abre los ojos por completo. Comienza a retorcerse en la camilla, como si su cuerpo ardiera por dentro, agradezco que esté bien atada.

—¡Duele! —grita fuertemente, haciéndome pensar que en algún momento sus cuerdas vocales se romperán —. ¡Duele! ¡Ayuda, esto ardeee!

Puede gritar todo lo que quiera, papá se encargó de hacer este laboratorio insonoro, así que nadie podrá oírla y venir a su rescate. Su cabeza se gira hacia mí, mientras que ella sigue removiéndose, gruesas lágrimas bajan por sus mejillas, pero no me compadezco.

He sacrificado y arriesgado mucho como para que una simple mirada de dolor venga a darme lastima, yo sabía que esto podría pasar y lo acepté. No me interesa cuanto pueda sufrir ella en el proceso, si su dolor garantiza mi puesto de líder, entonces que grite y llore todo lo necesario.

—J-jack —balbucea entre su dolor —. ¡Ba-basta! Y-ya está, perdón-name.

Su respiración se vuelve más errática y vuelve a soltar un grito de dolor, la iluminación del lugar comienza a parpadear, las cosas del laboratorio tiemblan. T/N poco a poco deja de removerse, hasta que se queda quieta de golpe, haciendo que todo se quede quieto.

Mi mirada está fija en ella, atento a cualquier movimiento que pueda hacer, esperando alguna reacción por parte de ella. Sus ojos vuelven abrirse y son totalmente negros, dando a entender que está en uso de su poder.

—T/N —digo y ella me mira.

Su mirada es seria y analizante, debo ser cuidadoso o podría echar a perder el plan.

—T/N —vuelvo a decir —. Voy a soltarte, pero no debes hacerme daño.

Ella asiente, me acerco a ella y comienzo a desatarla, actúo de manera normal ya que no quiero que ella note mi nerviosismo y sienta que soy una amenaza.

Debo demostrar que estoy de su lado.

Cuando queda libre, se incorpora en la camilla y sigue observándome, sus ojos siguen negros y su mirada no cambia. Lentamente ve a su alrededor y vuelve a mirarme.

—¿Sabes qué te pasó? —preguntó.

Ella niega.

—No recuerdo nada, solo sé mi nombre —responde.

Su respuesta me alegra, pero lo disimulo. 

—No te preocupes, yo estoy aquí para ayudarte —le digo con una sonrisa —. Te he liberado, pero no del todo.

Secretos (Cinco y T/N)  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora