[Rubius Imaginas]

032

Rubén y Bae se miraban intensamente, a la espera que uno de los dos pronunciara alguna palabra. La pareja sobre llevaba una semana realmente dura y las discusiones no podían faltar.

—¿Qué te cuesta entenderme un poco?—protestó Bae con las mejillas enrojecidas a causa del enfado.

Rubén apretó la mandíbula y contó mentalmente para no gritar de manera inconsciente.

—No puedes permitir que tu mejor amiga tome decisiones por ti—habló lo más pasivo posible y tomó asiento sobre la cama—. Es una manipuladora, date cuenta.

—No—negó, más para creérselo ella misma—ella no es así. Solo necesito un descanso de las redes sociales.

—Ella te está poniendo verde en las redes, te está jodiendo la carrera, Bae. Sé que quieres ayudarla a crecer en la comunidad, pero no a costa de soltar bromas de mal gusto contra ti. Es obvio que me jode, soy tu novio—le recordó con un deje de dolor en su voz—y si se meten contigo, también lo hacen conmigo.

Bae no tardó en llorar y sin importar el gran orgullo que poseía, se lanzó a los brazos de su pareja y dejó que la consolara. Rubén acomodó sobre su regazo el pequeño cuerpo de su novia y en silencio trató de hacerla sentir comprendida.

Bae solía ser muy ingenua y se pasaba de buena, por lo que se aprovechaban de ella. Pero al tener a Rubén como compañero de vida, no dudaba en dar la cara por ella. Por mucho que Rubén bromeara con todo el mundo, cuando se trataba de los sentimientos de Bae no tardaba en sacar aquella faceta que daba miedo.

No dudaría nunca en enfrentar a quien quisiera herir a Bae.

—No llores, mi vida—soltó el castaño con la voz temblorosa, le dolía el alma verla así—a veces es mejor decir adiós a personas que no merecen la pena y no te dan paz mental. Siempre me vas a tener a mi, no pienso irme a ningún lado.

Bae sollozó con fuerza y se aferró a los amplios hombros de su novio.

—Me duele que haya soltado todas esas mentiras, nunca te fui infiel. Jamás podría arruinar tantos años a tu lado por algo pasajero—hipó entre sollozos—es falso. Te amo y estoy completamente enamorada de ti... yo... no me imagino la vida sin ti.

Rubén observó la piel morena de su novia y como las lágrimas no dejaban de bajar por sus mejillas.

—Y te creo—confesó sincero—siempre voy a creer en ti, cariño. Te amo.