Bae con gesto descompuesto cayó en plancha sobre el cuerpo de su novio. Rubén la atrajo hacia sus brazos y siguió jugando a la consola. Era un rutina; Bae salía de la universidad e iba a casa de su novio para pasar un buen rato juntos.
-Me voy a quedar a dormir esta noche-susurro Bae tras acomodarse sobre el pecho de Rubén.
-Está bien.
-¿Puedes dejar de jugar un rato y hacerme caso?
-Bae-alargó el chico sin querer dar su brazo a torcer. No le quedaban muchos enemigos en el videojuego para hacerse con la victoria y no estaba dispuesto a que le quitaran el primer puesto.
-¿Ya no me quieres maldito humano?
-Claro que te quiero, tontita.
-Lo que tu digas-contestó en tono borde y se alejo del abrazo de su novio.
Era sábado y lo único que quería era tener un poco de atención de su adorable novio. Pero no, Rubén no estaba por la labor. Se puso de pie tras coger el teléfono y caminó a paso torpe por el pasillo de la casa. Esta vez se tiró en plancha sobre la cama y se enrollo con el edredón como si fuera un burrito. Dio vueltas mientras miraba twitter y en el momento menos pensado se quedó dormida.
Bae babeó la almohada de su novio y le dio la vuelta a la misma como si ella no hubiera sido la responsable. Un aroma delicioso le llegó a sus fosas nasales, haciendo que su estomago emitiera sonidos extraños. Descalza, salió de la habitación y se asomó por la amplia cocina. Una pequeña sonrisa colgó de sus labios al ver a Rubén de espaldas a ella, encendiendo un par de velas rojas. La luz del lugar era tenue, dando un ambiente romántico. Los ojos de Bae brillaron por la emoción y se adentró en la cocina para darle un sustito a su pareja. Rubén gritó como una autentica niña y provocó miles de carcajada en su novia.
-¿Qué estás preparando, corazón?-preguntó Bae mientras examinaba la mesa.
-Sé que últimamente estoy ocupado y cuando no lo estoy me dedico a jugar online...-dijo algo avergonzado por su comportamiento-así que quise compensarte con una deliciosa cena.
-¿Espagueti y carne molida?-preguntó y se echó el pelo hacia atrás.
-Es lo único que sé preparar...
El tono de culpabilidad hizo que el corazón de Bae se llenara de ternura. Se puso de puntillas y dejó un cálido beso sobre los labios del mayor.
-Me parece perfecto. ¡A comeeeer!
Rubén la miró con una enorme sonrisa y se sentó a su lado. Mientras veía comer a su novia como si no hubiera comido en décadas se preguntó que había hecho para merecer a una mujer tan increíble y buena como Bae. Para Rubén ella era su pequeño mundo, el sitio al que ir cada vez que todo iba mal y también para cuando todo le salía genial. Rubén quería seguir a su lado hasta su último suspiro y seguir preparándole espaguetis. Porque vamos... ellos podían seguir pidiendo a domicilio. Nada mas tedioso que lavar platos y ollas después de comer, palabras exactas de Bae.

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[Rubius Imaginas]
FanfictionBae y Rubén. Diferentes situaciones con ElRubius. ¡Enjoy friend! Re subiendo porque un lector quiso♡