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—¿Crees que si usamos el cien por ciento de nuestra mentalidad podríamos volar?—cuestionó Bae sin dejar de ingerir alcohol.

La semana había sido agotadora y una de sus momentos favoritos era despejar su mente en compañía de su novio y cervezas.

—Intentalo—sugirió Rubén dejando que una mueca de burla floreciera de sus labios.

Adoraba ver a Bae hacer el ridículo, era algo personal entre los dos.

—Mira carnal, la mente es muy poderosa—explicó, recordando aquel meme que había visto por twitter—si quisiéramos podríamos podríamos conquistar el mundo.

—¿Quieres conquistar el mundo?

Bae se encogió de hombros y dio otro sorbo a la cerveza.

—Ya te conquiste a ti, bebé. Tu eres mi mundo.

Rubén se conmovió al ver a su novia mas contenta de lo normal, pues en ese estado le era más fácil expresar sus sentimientos que cuando estaba sobria.

—Fui yo, mentirosa.

—Que diceeeeeees—alargó de manera dramática y se acomodó en el sofá—si ni te interesaba cuando nos conocimos. Le preguntaba a Mangel por ti y me decía que le habías dicho que nunca te fijarías en mi, malo.

—Sabía que si le contaba la verdad a Mangel no tardaría en decírtelo.

—No te lo voy negar—contestó entre risas—quería que sus mejores amigos estuvieran juntos.

—Y lo conseguí—admitió Mangel saliendo de la nada.

La pareja chilló al unísono y no tardaron en regañar a su amigo. Se habían reunido los tres para pasar una noche bebiendo y recordar viejas anécdotas vividas. Bae se sentía afortunada de tener a esos dos.

[Rubius Imaginas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora