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Bae miró aquella revista de su amiga, pues tenía que asistir al baby shower y eso incluía que debía llevar regalo. Parecía una boda en vez de la celebración de una vida, habían hecho una ridícula lista de regalos. Bae ojeaba el producto mas barato porque no quería gastar más de lo necesario.

—¿Por qué son tan arrugados?—se preguntó en un susurro.

Rubén, quién estaba sumergido en su partida online, desvió su mirada un par de segundos para ver el entrecejo fruncido de su novia.

—¿Qué pasa, Bae?

La chica mordisqueó su labio inferior y apartó la vista del modelo bebé arrugado.

—¿Los bebés son todos iguales?—cuestionó con duda a su pareja.

Rubén lo meditó un par de segundos, y asintió con la cabeza.

—Cuando nacen creo que sí, son arrugaditos y feos.

Bae se río a carcajadas por la amarga forma de contestar de Rubén. Sus ojitos marrones se clavaron sobre él y tras hacer una mueca de orgullo, susurro:

—Seguro los nuestros serán preciosos, ¿no crees?

Rubén se mordió la lengua antes de contestar cualquier barbaridad que pudiera hacer daño al pobre y sensible corazón de su novia. La miró intensamente, un calor recorrió su pecho... cada vez que la miraba sentía cierta calidez especial. Pese a que los dos eran adultos tendían a comportarse como críos, pero pensándolo con más profundidad no se veía con nadie más que no fuera Bae. Quería todo con ella, aún así sea traer nueva vida al mundo y tener miedo de fallar en ser padre. Quería intentarlo.

—¿Quieres un bebé ahora?—le preguntó nervioso.

Bae pestañeó varias veces, aún quería hacer cosas que con un bebé en su interior no podría hacer.

Quería hacer puenting. En realidad Bae tenía una lista de cosas que hacer antes de morir, y la mayoría no era apto para embarazadas.

—¿Y si adoptamos otro gato?

Rubén sonrió, eternecido por la ilusión reflejados en los ojos de su chica.

—Le llamaremos taquito.

—¿Tienes hambre? Pero taquito es un buen nombre para un gato—animó Bae entusiasmada.

—Sí, mucha hambre.

Y así es como de hablar de tener hijos pueden pasar a adoptar gatos, como también dar paso al hambre.

Bae y Rubén adoptaron a una gata, la llamaron taquito chewbacca.

[Rubius Imaginas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora