Fue un sábado, el sol había salido hacía horas, pero ella estaba cansada, no recordaba en qué momento se había quedado dormida en medio de sus lecturas de sus anotaciones. Cuando el cansancio ya la vencía y aquel malestar incomodaba guardo todo minuciosamente sobre las tablas de su cama y cayó rendida entre las sábanas. El sonido de la llave la despertó, no tenía ganas de lidiar con nadie, no le interesaba la hora ni lo que debía estar haciendo. Cuando escucho la puerta giró a un costado cubriéndose con las sábanas y fingió que aún dormía.
- Sophie - Susurraba su madre - Sophie, hija despierta
¿Valía la pena? Muchas veces cuando más gentiles parecían eran porque se traían algo entre manos. Ella simplemente respiró hondo antes de volver la mirada a su madre y fingir su peor cara de dormida mientras se rascaba uno de sus ojos
- ¿Qué ocurre?
- ¿Puedes bajar? Necesitamos hablar
- Ok, deja me arreglo
- No- solo baja esta bien así
Su madre terminado de decir eso, le sonrió y salió del cuarto dejando la puerta entreabierta.
Sophia estiró todo su cuerpo escuchando cómo sus huesos dormidos ,aún, sonaban. Busco una liga y sujeto su cabello. Aun era temprano y estaba un poco frío. Tomó una de sus camperas y se la colocó. Mientras bajaba las escaleras escucho los sonidos de la sala y repaso todo lo que venía pensando en las madrugadas. Sus propias reglas.
Regla numero uno: Nunca bajar la guardia
Ese escenario de familia feliz no podría engañarla. Marissa al verla llegar le acercó una taza de té mientras servía unas galletas. Los tres se sentaban y disfrutaban el desayuno. Sophia miró por un segundo la silla vacía de Luke, pero luego miro a su madre, sonriendole. Regalando un poco de falsa seguridad. Mientras en sus adentros todo era un cronómetro. ¿Cuándo seria el momento?
Un sorbo no despejaría esa sensación de estar en alerta. De esperar cualquier acción.
Regla número dos: Ellos nunca van a cambiar. Hay que darles el gusto (solo un instante)
Su padre hablaba de cosas del trabajo mientras ambas mujeres lo miraban con entusiasmo, cualquiera que viera eso podría decir que no había pasado nada malo días atrás. Su madre relataba de sus tareas durante la semana y Sophia la seguía contándoles sus exámenes y las excelentes calificaciones que sacaba. Se distraía entre la escuela y algún que otro libro o cd que encontraba y creía que había dejado en el olvido.
Ambos adultos la escuchaban complacidos, soltando alguna broma o algún comentario positivo.
Todo lo que era en un "ayer" parecía humo. Lo que por momentos la ponía muy nerviosa, si se dejaba llevar en eso seria su perdición. Debía seguir sus reglas. No tenía que dispersarse.
Regla número tres: Ellos juegan contigo. Forma parte de ello
- ¿Y bien que querían hablar conmigo? Me despertaron muy temprano
- Solo queríamos disfrutar un desayuno en familia. Sophie, se que han sido unos días duros para ti, pero has mostrado tu responsabilidad. No quiere decir que olvidemos tus errores, pero sí que aprendamos de ellos. Ambos sabemos que piensas que no somos justos contigo, pero te pedimos que entiendas, ponte en nuestros zapatos. Ser padre es difícil.
- No se preocupen, los entiendo. Se que es mi culpa, se que no me van a perdonar. Pero los entiendo. Esta bien, también quiero aprender de mis errores. Quiero ser mejor
- Que bueno que lo mencionas - Decía Joan- Pues estamos muy ocupados con tu madre en solucionar tu problema, Sophie, se que te puedes salir de control, eres muy joven y desenfrenada, y Luke terminó en un problema contigo. Sabemos, ahora entendemos que no es su culpa, tu después de todo como dices aprendes de tus errores.
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Entre Sangre
Random✨✨Disponible en físico para argentina✨✨ Luke es el hermano mayor y protector, siempre Sophia a sido su prioridad, pero ¿Que pasa cuando es correspondido un romance entre ambos? ¿Romance o capricho carnal? Ellos tienen que empezar a conocerse, pero a...