Dolor Inquebrantable

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¿Es sudor frío el que lo cubre por completo? Quiere creer que si, a veces su mente le juega malas pasadas. Sus manos tiemblan, apenas puede tener el control al volante, aun así el vehículo va a zig zag en plena madrugada en una calle casi desierta, donde a cada tanto escucha los bocinazos de otros conductores y gritos sin sentido.

No hay palabras que pueda entrar en sus oídos, ni un lugar a donde pueda marcharse y estar seguro. Se derrumba en su totalidad, no puede entender en qué momento dejó que la situación se le fuera de las manos.

Todo lo que siente en su cabeza es la idea de una autodestrucción, la línea que lo llevó hasta ese momento y al final acabar con todo.

No está bien.

Las luces de la calle lo enceguecen, sus ojos cristalinos y enrojecidos por sus lágrimas y el insomnio apenas lo dejan ver, pero llega a notarlo. Hay un auto justo enfrente de él, la bocina anunciando la tragedia lo alerta tomando un giro rápido hacia la izquierda donde logra evitar el impacto contra otro vehículo, pero no el darse contra el cordón de una de las aceras subiéndose violentamente escuchando el crujir de los amortiguadores y golpes hacia el parachoques delantero. Logra tomar el freno de mano evitando que siga impulsándose hacia adelante y todo su cuerpo da contra el volante, salvándose de ser despedido por el parabrisas gracias a el cinturón de seguridad que casi siempre olvidaba usarlo.

No, la muerte aún no lo quiere. Aún tienes el infierno en la tierra Luke.

El humo del motor, de la tierra que levanto y la explosión del cemento quebrándose alertó a algunos curiosos, el estaba fuera de sí, sintiéndose presionado por el cinturón, sintiendo el ardor en su rostro y viendo el volante manchado por su sangre y aun las luces encendidas, que dejan ver las siluetas de la gente. ¿Y ahora qué? Es todo, próximo a una condena.

"Fue solo un accidente"

Los golpes hacia la ventana de su lado lo sacan de los pensamientos perdidos hacia sus últimas acciones horas antes. Gira lentamente y ve a un hombre con el rostro totalmente enrojecido, no quiere salir.

- ¡Que te pasa maldito idiota! ¡No puedes conducir así! ¡Casi nos matas!

De nada sirve...

Luke se cae contra el volante, liberando el seguro dejando libre el paso a lo que quiera arrastrarlo, "Fue solo un accidente"

Las sirenas, y la policía llegan luego de unos minutos dispersando a la gente del lugar, los paramédicos lo sacan fácilmente al ver que la puerta estaba abierta, aunque no estaba inconsciente no decía una sola palabra.

Aun así tenía que someterse a pruebas de alcoholemia y ser llevado a una dependencia.

No había heridos graves, no había consumido nada de nada, pero sus datos debieron ser dejados, no lo consideraban una persona estable, por lo menos no en ese momento.

Luke estaba sentado en la esquina de la estación policial, ve pasar a mujeres con uniforme llenas de carpetas en sus brazos, viendo a hombres robustos, y otros un poco mayores sentados en escritorios algo viejos tecleando una y otra vez, con la vista perdida a la luz de la pantalla.

Aunque aun estaba un poco dolorido, los analgésicos que le habían brindado los paramédicos hacían efecto dejándolo adormilado. Donde por momentos se perdía en las luces tenues, en el movimiento continuo de la gente que iba y venía, y el coro de voces buscando información.

¿Cuánto debería esperar para que lo dejaran ir? Se había salvado de varios problemas perdiendo un vehículo que era su único medio de escape, condenándose nuevamente a todo.

Y hablando de todo, era absolutamente todo.

Era difícil no distinguir los pasos que muchas veces lo despertaban, era imposible no reconocer su voz tan prominente alrededor.

Entre SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora