Pasaje Abierto

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Entre los planes de Sophia no estaba la cesárea, que era mucho más dolorosa de lo que imaginaba. El simple hecho de intentar levantarse era un tormento, más las necesidades de su pequeña Brina. Si no fuese por Sara estando casi todo el día, ahí auxiliando a ambas y dejando las cosas casi listas en su ausencia.

Estaba agradecida, pero no quería seguir siendo un peso para nadie. ¿Cuánto tomaría eso?

Solamente contaba los días, que pasaban a semanas. Ella necesitaba irse, quería irse.

Una tarde Sara acomodaba un poco la habitación de Sophia mientras que ella alimentaba a Brina, cuando ella encontró algo en la mesa de luz.

- ¿Qué es esto? - Decía sosteniendo aquel boleto

- Pensaba decírtelo... en su debido momento

- ¿Planeas irte? ¿Cuando?

- Lo tenía planeado después de que ella naciera, pero hay varias cosas de las que no pude prever.

- Apenas te puedes manejar tu con tu hija, y porque estoy yo. No quiero sonar mala, pero no podrás sola, por lo menos no aun

- Sara, no quiero ser un peso para nadie, ya has hecho demasiado por mi, por ella, no puedo seguir pidiendo mas.

- Será hasta que lo manejes, y hasta que tus dolores terminen, pero puede que lo tengas que postergar unos meses, no quiero decirte que no te vayas. Es tu vida Sophie, puede que hasta sea lo mejor para ti. Pero Brina es muy pequeña. Espera un poco más

- Lo que digas - Suspira - De acuerdo...

- Hablando de otra cosa ¿Sabes algo de tu hermano? Pensé que quizás habías decidido llamarlo, por el nacimiento...

- Olvídalo, como preferí hacerlo yo. Hay cosas más importantes de las que quiero concentrarme, como ella, además, fueron suficientes sus palabras. Ya se que me dirás que quisieras que él se responsabilice por las cosas que hizo, que hicimos, pero sabes ¡Yo no! Quiero que no aparezca más. Fue suficiente, cometimos un error y ya

- ¿Pero lo am-

- Basta Sara, no

Aunque era difícil despegarse de los recuerdos, de los sueños donde el aparecía como una ráfaga que se llevaba todo lo que había estado mal, dejando a ambos en un cuento de hadas felices, eran eso, solo sueños. Despertarse a la madrugada con el llanto de la bebé, y dormir escasas horas era lo mejor, la mantenían más ocupada, para que sus pensamientos no volvieran a atacarla.

Dolía, había momentos en los que solo quería llorar. Cuando supo de su bebé pensó otro futuro, nunca se imaginó sola en una habitación donde los ruidos de afuera parecían retumbar las cuatro paredes, donde las luces de los autos que pasaban iluminaban todo por la minúscula ventana, sin importar las cortinas que pusiera. No imagino estar sola ahí, con la hija de su hermano en sus brazos que medio dormida aun jugaba con el chupete en su boca.

¿Qué diría si Luke la viera? No...

Ya le había dado todas las oportunidades del mundo, y si iba a seguir esperando que él moviera el dedo cuando quisiera reaccionar, tarde, era una completa estúpida.

No había peleado tanto y se había esforzado. No dejaría que él nunca la viera, no lo merecía, ni siquiera conocer su nombre. Ya habían pasado meses en los que decidió borrar el número de su teléfono, para que no existiera ni la mínima posibilidad, en sus momentos débiles donde ella decidiera llamarlo. ¿Qué diría?

Aún existía esa posibilidad de que él no quisiera hablar con ella, o de que solo fueran esas palabras, de nuevo. ¿Y que se podía esperar del hijo perfecto?

Si el amor pudiese solucionar las cosas, si no fuera tan confuso, tan peligroso y tan arriesgado.

"Quise arriesgarme, admito que al comienzo fue como una travesura de niños, pero escalamos tan rápido y junto con cada riesgo que decidimos tomar sentía que envejecíamos diez años, pero en nuestra realidad seguíamos siendo solo niños, inexpertos e idiotas"

Luke cuenta las noches que lleva sin dormir, Luke cuenta las veces que fue a su ciudad a escondidas, o con la excusa de ver a sus padres y la busco por cielo y tierra sin ningún acierto, sin nada a su favor.

Luke cuenta las veces que hablo con chicas que en un pasado conocía por vista pero pensó que le darían la respuesta de donde estaba Sophia, pero la realidad es que ellas sabían hasta menos que él.

Luke piensa en sus ataques de insomnio en las palabras de su madre y como pudo aquel embrión matar a su hermana y él no saber nada. Luke se imagina a una Sophia moribunda de dolor en el suelo de un callejón cubierta de sangre, y él a varios kilómetros sin poder salvarla.

El quiere volver al pasado, quiere pensar en sus palabras, quisiera cambiar la historia. Dios, estaba tan saturado de información, de verdades, de confrontación y en medio de eso tenía la palabra "bebe" Pero en parte, no deja de consolarse, diciendo que tenía razón, que de por si las cosas estaban mal y alimentar decisiones fuera de lugar seria peor.

Pero en ese tema, nunca tuvieron opciones que fueran correctas.

En las visitas casuales sus padres no dejan de repetir de sus errores, no dejan de preguntar cosas que ni él tiene respuesta, desearía tenerlas, pues harían las cosas más fáciles.

Uno, tres, cinco, ¿Cuántas noches sin dormir? Se marca el mapa, se marcan lugares. se planean otros métodos, el necesita otra oportunidad, él quiere arreglar las cosas.

No quiere escuchar a sus progenitores, quiere pelear por lo que una vez tuvo y dejo ir.

"Sophie, si el amor solucionara las cosas, pero no lo hace..."

Piensa en todo lo que tiene para decirle, piensa que del otro lado ella también está esperando que el vuelva, pero aún el destino y la maldita vida no quiere juntarlos, que el momento llegará y será tan soñado, tan ansiado.

Su camino y sus vidas se arreglaran, y si el bebé ya está con ella serian una familia, podrían escapar y vivir como soñaron, como ella le dijo pero él le había dado la espalda.

Quiere, y tiene que solucionar todo con ella, porque si aun así, el amor no soluciona nada, pues el peleara y arreglara todo, cueste lo que le cueste.

El la ama, como siempre lo ha hecho, tiene que encontrarla. Y cuando lo haga no aceptara perder, no quiere errores.

Luke cuenta las horas que logra dormir, Luke piensa en su hermana encerrado en un cuarto de la universidad, mientras ve los apuntes acumular polvo, mientras cuenta los días que le quedan hasta que sus padres se enteren de su inevitable expulsión.

El no es el hijo deseado, el no es todo lo que ellos esperaban y nunca lo será. De ahora en mas planea hasta que este fuera y pronto será de ingeniarse de otra forma, pero llegará a su meta.

Entre SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora