Capítulo 14

1.6K 118 233
                                    

Pueden haber faltas ortográficas, agradecería que me lo hagan saber en los comentarios :)

Con mi dedo índice presioné levemente la tecla, provocando un sonido familiar.

—Do, do, do—dije a la vez que el sonido se oía por toda la sala.

—La, la, la—el castaño a mi lado continuó.

Sonreimos a la misma vez mientras creabamos una imperfecta armonía de sonidos y deleitabamos nuestros oídos con lo que salía de nuestro pequeño desastre.

Luego de ayudar a repartir la merienda en el orfanato, luke me trajo a esta sala de entretenimiento donde se encontraba este gran piano de color negro. Me quedé tan fascinada por este maravilloso lugar, parecía sacado de un cuento mágico.

—Tú y yo haríamos una gran pareja de cantantes—dijo luke tocando el piano.

Puse mis manos sobre mis muslos dejando de tocar y decidí prestarle atención para admirar su postura. Se veía tan cómodo y relajado tocando, como si hubiera nacido con el don. No solamente era bueno con su guitarra.

—Es una lástima que ya estes en una banda—bromeé.

Hizo tiempo antes de contestarme y vi como sus dedos se movían agilmente, hipnotizandome.

—Por tí podria dejarla.

—reí—Creo que tienes más oportunidad con la banda que conmigo.

Me miró y detuvo la melodía que ya se había instalado en mi cabeza, como esas canciones pegadizas que repites una y otra vez en tus auriculares.

—Te daré mi autógrafo, por si me vuelvo famoso.

Llevé mi dedo índice a mi barbilla y adopte una pose pensativa.

—De acuerdo, luego lo venderé y me compraré muchos batidos de frutilla.

—¡Oye!—dijo indignado y frunció su ceño.

Una carcajada se escapó de mis labios.

Si tuviera ese autógrafo de su parte, estoy muy segura de que lo guardaría en una caja de cristal bajo ocho candados y lo vería todas las mañanas al despertar. Sería mi tesoro más preciado.

—Es broma, luke—golpeé su hombro con el mío y acomodé mi trasero en el banquito.

—Eso espero, astridcienta.

La puerta frente a nosotros se abrió un poco y por ella entró la pequeña lilith, con una muñeca de ariel de la sirenita. Nos miró con la intriga asomándose por sus ojos y se acercó a pasos tímidos hasta nosotros.

Luke se levantó para cederle el asiento y sonrió amablemente.

—Hola pequeña ¿quieres sentarte aquí?—señaló.

Lilith movio su cabecita en un gesto de afirmación y luke la tomó con mucho cuidado para dejarla sobre el banquito.

Yo me removí nerviosa. Si bien los niños me agradan, no todos los dias convivo con ellos para saber cómo manejar la situación, algunos pueden ser muy chillones y desastrosos. 

—A lilith le gusta tocar el piano—me dijo mirándome y luego acarició la espalda de ella—demuestrale a astrid lo que sabes hacer.

La pequeña puso su muñeca sobre sus piernas y acercó sus manos al piano.
Vi como sus pies se balancearon nerviosos y como sus labios se apretaron. Parecía indecisa.

Recordé las veces que estuve en esa situación, con mi padre de testigo y animandome a tocar. Los recuerdos me atacaron uno por uno, como si estuviera viendo una película de mi infancia y respiré hondo.

Iridescence | Julie and the Phantoms✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora