Capítulo 42

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Observo como Luke y los niños se alejan de la entrada principal. Ambos se pusieron demasiado felices cuando el castaño llegó a nuestra puerta con una bolsa de llena de dulces y sus brazos extendidos para recibir un abrazo por parte de ellos.

No voy a negarlo, ver esa imagen frente a mí me removió sentimientos que creía perdidos en el fondo de mi corazón y sin poder evitarlo—me gusta ser masoquista—mi mente imaginó si así hubiera sido Luke con nuestro hijo.

Hay heridas que no sanan por más que pasen los años. Debemos acostumbrarnos a vivir con ellas.

—¡Astrid!

Frunzo el ceño y miro hacia ambos lados. Buscando de donde viene esa voz.

Veo a Alex correr hacia mí con una sonrisita traviesa en sus labios. Me cruzo de brazos y lo miro de forma sospechosa, esperando que llegue hacia mí.

—¿Cómo pasaste la seguridad?

—Entré junto a Luke, pero me quedé hablando con una señora. Me mostró fotos de su hámster.

Estoy cien por ciento segura de que habla de la señora Sienna, una anciana de setenta años con un amor incondicional hacia los hámster.

—Tengo vecinos extraños—admito rascando mi nuca—adelante.

Me hago a un lado para que pueda entrar y cierro la puerta una vez que
lo hace. Caminamos hacia la sala. Está un poco desordenada, lo que me hace sentir un poco de vergüenza ya que no tuve tiempo de ordenar las cosas. Como hoy los niños se iban, decidí traer unos papeles del trabajo a casa y terminarlo.

—Perdón por el desorden—digo y levanto algunas cosas del suelo.

—No importa Astrid. La habitación del hotel está peor, parece nido de ratas—se carcajea.

Tomamos asiento y me acomodo para mirarlo.

—Espera, creí que ibas a salir con Luke y Reggie.

—Iba. Decidí no ir para poder visitarte. Hace mucho tiempo que no te veo o hablo contigo, no voy a desaprovechar esta oportunidad.

—Que amable de tu parte—llevo una mano a la altura de mi corazón.

—¿Tu abuela no está?—pregunta mirando hacia todas partes—que hermosa casa. Es muy lujosa.

—Se fue a un retiro espiritual con sus amigas—aprieto mis labios—¿quieres té o café? Tengo galletas con chispas de chocolate.

—Té está bien. Te ayudo a prepararlo.

Asiento con mi cabeza y le indico el camino hacia la cocina.

—¡Psss deja de morder esa hoja!—regaño a quesito.

El gato sale disparado por la ventana como si hubiera visto un fantasma.

—La loca de los gatos—dice Alex.

—Ni lo digas—ruedo mis ojos.

Pongo a calentar el agua mientras Alex escoge las tazas. Miro de reojo la que se eligió, esa la utiliza Willie cada vez que viene a casa.

—Escoge el saquito de té que más te guste—coloco una caja repleta de saquitos en la mesada.

Alex escoge uno de durazno y yo de menta.

Saco las galletas del frasco de vidrio y las ordeno en un plato. Una vez que el agua ya calentó, comienzo a vertirla adentro de ambas tazas.

—¿Quieres tomarlo aquí o en la sala?

Iridescence | Julie and the Phantoms✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora