Capítulo 39

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Cualquier falta de ortografía por favor háganlo saber en los comentarios. Gracias <3

Disfruten del capítulo.



Miro por la ventana intentando encontrar algo interesante que pueda ocupar mi mente y desplazar todos los pensamientos horribles que vagan fuertemente por allí. Mis párpados se sienten hinchados de tanto llorar, a veces lo hago sin darme cuenta. Y es que pensar en lo que ha pasado y todo el dolor que carga mi cuerpo me hace querer desconectarme del mundo y regresar cuando todo mejore.

Mis manos descansan en mi estómago, por encima de la frazada que mamá se encargó de traerme.
Puedo sentir su presencia en la esquina de la habitación, para lo único que se levanta de ese sillón es para darme de comer, ir al baño o a buscar ropa a la casa. Sé que está muy preocupada por mí, pero en estos momentos lo único que deseo es estar sola.

No quiero ver a nadie.

No quiero hacer nada mas que dormir y mirar puntos fijos. Ya he contado cuántas líneas tiene la pared e incluso observado las baldosas del suelo.

Mi espalda está recostada sobre el respaldo de la cama. A un costado en la mesita de luz se encuentra mi celular, está apagado desde que me desperté. Estuve una semana en coma, lo primero que recordé al abrir los ojos fueron mis gritos desesperados al oír a los doctores diciendo que tendrían que seguir adelante con el aborto. Fui consciente por unos segundos, nunca había sentido tanto dolor de pies a cabeza en mi vida, creí que iba a morir. En ese momento se me pasaron millones de cosas por la cabeza: si mi madre estaría bien, si mis amigos me extrañarían e incluso pensé en Luke, Alex y Reggie.

Jamás voy a perdonarme no haber cuidado bien de mi propio hijo. Ni siquiera había notado los cambios en mi cuerpo, todo lo asociaba al estrés que me generaba la empresa.

Mi hijo.

¿Hubiéramos sido una familia felíz? Estoy segura que sí. Me imagino lo feliz que me hubiera puesto al oírlo decir sus primeras palabras, sus primeros pasos, su primera risa.

Cierro mis ojos sintiendo ese dolor en mi pecho que no se va por más que pasen los días. Trago duro a la vez que siento una lágrima bajar por mi mejilla izquierda.

—Soy una estúpida—murmuro dolorosamente con mis labios temblando.

—Astrid—mi madre llega a mi lado de inmediato y se encarga de abrazarme.

Me aferro a su cuerpo como si fuera el único salvavidas en el mar que trata de llevarme a la orilla para que pueda estar a salvo.

—Mamá—lloro contra su pecho—yo no lo sabía, nunca lo supe... y-yo esto es mi culpa...

—Shhh cariño—acaricia mi cabello. Su voz salió algo quebrada, sé que a ella también le afecta esto—no es tu culpa, no te tortures así.

Continuo llorando hasta sentir por completo que me desahogué. Nos quedamos un largo rato en esa posición, me quedo tranquila sintiendo su calor tan característico.

Nos separamos y decido ir al baño. Ella me acompaña hasta la puerta con cuidado, mi cuerpo se siente débil y los mareos van y vienen de vez en cuando. En mi herida de la cabeza tengo seis puntos, todavía llevo la venda alrededor de esta. Cierro la puerta y me miro en el espejo. Estoy pálida, tengo ojeras enormes debajo de mis ojos, mis labios están resecos y quebrados.

Me tiro un poco de agua sobre el rostro, eliminando todo rastro de haber llorado. Escucho murmullos que provienen de la habitación, abro un poco la puerta para oír a mi madre.

Iridescence | Julie and the Phantoms✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora