Capítulo 35

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—Creo que aquí Astrid puede entrar con el solo de Reggie—informa Caleb señalando con un bolígrafo en la pantalla—justo en el minuto dos con siete.

Esa parte se reproduce rápidamente y la escuchamos varias veces, concentrandonos en lo que señalaba Caleb. Asiento despacio estando de acuerdo con él, no es una modificación grande, pero sí es relevante porque se oye mejor la canción.

Ingresamos a la cabina de grabación y nos ponemos en nuestros lugares. Me coloco los auriculares con cuidado y me quedo esperando a que la música suene a través de estos.

Miro al bajista dándonos la señal de que ambos debemos marcar nuestra presencia.

The call rings and i still do not receive an answer from the other side...—canto cuando escucho el bajo sonar y cierro mis ojos dejándome llevar.

—¡Excelente!—aplauden del otro lado cuando terminamos.

Les agradecemos y nos tomamos de las manos en un gesto de felicidad y logro. Estamos tan entusiasmados que nos sentimos famosos.

Al salir decidimos ir con Luke a caminar por la ciudad para tener un momento a solas entre nosotros.

Caminamos tomados de la mano.

—¿Te duele?—me pregunta preocupado.

Niego y acaricio sus nudillos. Me agrada que sea tan atento.

—Por suerte no.

—Eso es bueno—suspira aliviado.

Anoche hicimos videollamada porque ninguno de los dos podía dormir. Por estar con la vista en el celular, no me di cuenta del mueble que había frente a mí y acabé golpeando mi pie. Ya conocen la desgracia del dedo pequeño y del dolor tan fuerte que te ocasiona cuando lo golpeas. Estoy segura que si las estrellas más lejanas de la galaxia.

Tuve que ponerme una bolsita de hielo para que la hinchazón bajara al igual que el dolor. Como Reggie ya se mudó con nosotras el pobre llegó corriendo a mi habitación preocupado, creyendo que me había pasado algo.

—Mira, entremos a ese bazar—señalo.

—Si, mi reina—dice divertido.

Recorremos los pasillos del bazar entretenidos por los objetos en las repisas de los muebles. Suelto la mano de Luke y sonrío tomando unas gafas redondas, con los bordes dorados y el lente transparente.

Me acerco hacia él y me mira con sus cejas elevadas, acertando mi siguiente movimiento.

Me pongo en puntas de pie y le coloco las gafas con cuidado. Una vez que ya las tiene puestas me alejo un poco y lo miro.

—Te quedan bastante bien—lo halago.

—Todo me queda bien—sonríe y peina su cabello—soy hermoso.

Una señora pasa por nuestro lado, negando con su cabeza al escucharlo hablar.

—Oye—le digo sintiéndome avergonzada.

—¿Astrid, Luke?

Me volteo y observo a Micaela que se acerca a nosotros con una sonrisa en sus labios.

—Hola mica, que casualidad encontrarte por aquí—digo.

—Hola—la saluda Luke.

—Digo lo mismo ¡qué casualidad! Estoy recorriendo varias tiendas para comprarle un regalo a mi familia.

Nos enseña las bolsitas que lleva en sus manos. Se la ve radiante.

—Que bonito de tu parte. ¿Compraste mucho?—pregunta Luke. 

Iridescence | Julie and the Phantoms✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora