Lo más difícil de estas horas fue no haber dormido lo suficiente, mejor dicho, no dormí nada. Di tantas vueltas en la cama y a esos pensamientos que me carcomian por dentro, haciéndome sentir inservible por no poder hacer nada para ayudar a alex o pensar en una solución efectiva a todo este problema.
Lo que más me duele es recordar esa mirada que me dio en su casa, una de frialdad. Cada vez que cerraba mis ojos, la escena se presentaba una y otra vez, como mi canción favorita.Le envié mensajes a su celular, pero no me respondió a ninguno de ellos y lo entendía, entendía que necesitaba su espacio. ¿Pero por qué culparme a mí? Así sin más, sin ninguna prueba, sabiendo todo el apoyo que nos dimos estos meses y la amistad que construimos entre nosotros.
Otra de las preguntas que tenía rondando por mi cabeza era la de quién se había atrevido a subir tal cosa. Quedaba en evidencia que esa persona trataba de herir a alex, porque de lo contrario —respecto a la banda— la noticia no solamente sería de él, sino de todos los integrantes.
Esa pregunta se resolvió al día siguiente, pero primero vayamos paso por paso. Me meteré en mi papel de investigadora de Mentes Criminales a lo Spencer Reid y les contaré como fue que supimos el por qué de esa noticia.
Lunes
Camino por los largos pasillos del instituto siendo consciente de los susurros que hablan de alex y de mí. Parece ser que se encargó de decir que fui yo quien atentó contra su privacidad. Si fuera por mí haría algo, pero llegué a la conclusión que si me termino entrometiendo provocaría que hablen más de nosotros y la bola de nieve crecería lo suficiente como para aplastar a más de uno. Es algo que aprendí gracias a mi madre y su trabajo, muchas veces debían enfrentarse a cosas como estas y lo mejor era hacer como si nada, para no alimentar a esas almas deseosas con ansias de dañar todo a su paso. Obviamente cuando se presentaba una falsa noticia en la cual se tenían pruebas para demostrar lo contrario, eran usadas de inmediato.
En este caso no hay pruebas que demuestren lo contrario, porque es verdad que alex es gay. Y eso no tendría ni siquiera que ser una noticia.
Pero también es verdad que hay alguien que quiere dañarlo.
Entro al salón de clases y doy un rápido vistazo por el lugar. Algunas mesas ya están ocupadas, hay algunos que escuchan música y otros hablan sobre la fiesta de harry. Siento que puedo respirar tranquila, aquí no están hablando sobre eso porque si así fuera, me sentiría asfixiada.
Observo el asiento vacío de alex y de toda la banda, aún no han llegado.
Me siento en mi lugar y saco mi cuaderno para terminar la tarea que dejé a medias. Suelto un bufido cuando me equivoco en una palabra y busco en mi estuche mi borrador. Me topo con el labial que julie nos regaló, recuerdo que lo metí allí y me olvidé de sacarlo.
Lo dejo a un lado y tomo mi borrador, sin querer golpeo con mi codo la mesa provocando que el labial se caiga al suelo.—Se te cayó—dice.
Suspiro al aire asintiendo y le agradezco cuando lo deja sobre la mesa.
—Gracias willie.
—De nada—dice ocupando la silla que está a mi lado—¿te importa si me siento aquí?
Niego guardando mi borrador y le sonrío.
—Siéntate.
Me aplaudo mentalmente una vez que termino de escribir mi reseña sobre el libro de la semana pasada y me desplomo en mi asiento.
—¿Ya te enteraste?—pregunta.
Asiento y lo miro.
—Si, no sé quién lo ha subido.
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Iridescence | Julie and the Phantoms✔
FanfictionLuke Patterson pertenece a la banda "Julie and the Phantoms" y es la unica persona capaz de crear un arcoiris en la vida oscura de Astrid. Él irradia luz y alegría mientras se aferra a sus sueños más anhelados. 》Brillo radiante mostrado por la mate...