Con trabajo y esfuerzo la tercera generación envía un libro donde se presentan, mostrando como son y lo que hacen pero no solo eso, sino, también, para contar muertes que ellos desean evitar con desesperación, desean que cada uno de esos lectores te...
«“Unión de bromistas, ¿Qué es lo peor que puede pasar?”»
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Harry entro al gran comedor con un intenso sonrojo mientras que Cedric entro con los labios en una línea tensa y apenado, no decían nada solo se apresuraron a ir a sus lugares correspondientes, Amos pregunto a su hijo que sucedía mientras que los amigos de Harry intentaban sacar información valiosa para ellos ya que el chisme es vida.
Pero no pudieron, eso se lo guardarían entre ellos al menos hasta que se calmaran un poco.
Los dos pares de gemelos y jóvenes futuristas estaban detrás de la puerta del gran comedor, todos estaban nerviosos e emocionados, no sabían si debían hacerlo o no pero se necesitaba bromas en el mundo y más ahorita, así que con decisión acomodaron las últimas cosas.
– Listo. – Aseguro Luke en un susurro mirando el nudo.
– ¿Seguro? – Pregunto Thalia mirando la cuerda.
El joven alzo una ceja ofendido ante la duda pero no pudo quejarse mucho ya que su amigo le dio un golpe en el hombro para hacerlo callarse.
– Si, Thals, todo esta listo. – Prometió Oliver.
Pero aun así echo un vistazo a la cuerda, esto era muy mala idea pero no había vuelta atrás. Lily se acerco con el encendedor en mano, nadie entendía por que ella adoraba el fuego, el matrimonio Potter se había alarmado por ese gusto y buscado ayuda pero no era nada peligroso al parecer, solo una chica con interés por cosas brillantes —Si, ese es el motivo por el cual la joven tenía la habitación llena de collares, anillos y demás cosas—.
Eso explicaba por que tenía un millón de cosas que brillaban en su habitación, el fuego prendió en llamas haciendo que los jóvenes se alejaran, ella se encargo de cuidar que el fuego no se saliera de control, si querías evitar que algo se saliera de control debías dejar que Lily tuviera el control sin miedo alguno.
[...]
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Dentro del gran comedor los chicos estaban charlando animadamente con el pasado, no sabían donde estaban sus hijos pero no querían molestarlos, sabían que en cualquier momento la mente de ellos se vería afectada por los cambios y posiblemente estaban buscando la manera en que no fuera tan duro e complicado. Harry era hostigado por sus amigos que querían información acerca de la reciente charla pero el joven solo se hacia oídos sordos a tal grado que se apresuro a irse con Dudley.
