Capítulo 56. Hermanos Azose

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«"𝐀 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐮𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨 𝐨 𝐦𝐞𝐭𝐚, 𝐬𝐢𝐧𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐳"»


Albus Dumbledore entendía por que los jóvenes estaban tan decaídos, hacia momentos atrás tenían esperanzas y la llegada sorpresiva de los jóvenes había acabado con esta, al parecer siempre habría luchas. ¿Acaso ninguna generación podía tener paz? Él fue testigo de guerras, de muerte y dolor, por eso mismo había aceptado que debía existir un sacrificio.

Tristemente ese era Harry Potter.

Era un riesgo que tomo y salió bien, el problema era mover las piezas pero, ¿Cómo ayudar una guerra donde no podía ayudar? Él estaba muerto en aquellos años y después de todo lo descubierto, dudaba que lo quisieran cerca. Soltó un pesado suspiro viendo a los alumnos entrar, mordió el interior de la mejilla unos segundos con la fuerza suficiente para que un ligero sabor metálico hiciera aparición.

Quiso saludar pero al notar tan bajos los ánimos decidió guardar silencio, poco a poco sus alumnos fueron entrando al gran comedor pero nadie parecía con ánimos. Los entendió, él también estaba agotado de luchar, incluso había días en que se preguntaba si realmente valía la pena cada perdida que había por parte de ambos bandos pero esto era necesario, tal vez en algún futuro -Próximo o lejano- las diferencias de estatus de sangre dejarían de existir y por fin valdría la pena tanto sufrimiento.

Se acomodaron con lentitud, sin deseos de realmente hacer algo. Draco intento ignorar ese ambiente cuando entro, solamente se centro en su hija quien hablaba sin parar sobre diversos temas de los cuales no entendía pero al menos la escuchaba. Manobreo un poco con la bandeja que tenía en las manos y la guío hacia la mesa de las serpientes, no hubo necesidad de buscar sitio ya que Theo le había echo un espacio. Sonrió agradecido y dejo la bandeja para después sujetar a su hija de los brazos, ayudándola a sentarse.

- ¡Hola, tío Theo! - Saludo Lyra ll con demasiada alegría, como si tiempo atrás no hubiera tenido una recaída.

Theo sonrió hacia la chica, seguía confundido por todo y hasta aterrado después de lo que significaba la llegada de los futuristas pero la actitud de su sobrina lo ponía aún más ansioso.

- Me alegra verlos, jóvenes, se que han pasado muchas cosas en muy poco tiempo y entiendo que sus estados de ánimos estén tan bajos. - Dijo Dumbledore con sinceridad. - Pero quiero que entiendan que aún estamos a tiempo de arreglar todo, solo debemos ser cuidadosos, así que lo mejor sería continuar leyendo, ¿Algún voluntario?

No hubo el menor movimiento en el comedor, los futuristas sanos no se movieron, demasiado sumidos en si mismos como para pensar o estar alegres. La puerta fue abierta justo cuando un joven tejón pensaba si alzarse como voluntario o no, en la entrada del comedor estaba James Sirius con una humeante taza de algún líquido desconocido para los demás. Sonreía avergonzado por haber interrumpido, él creyó que aún faltaba más gente pero parecía que no. Pidió unas cuantas disculpas y se apresuró a irse a la mesa de los leones, buscando principalmente a su padre.

- Yo quisiera leer, profesor Dumbledore. - Pidió Cedric intentando no verse tan nervioso.

El pobre tejón aún no estaba acostumbrado a ser visto de forma extraña, no deseaba sonar narcicista o algo parecido pero siempre estuvo acostumbrado a ser observado con admiración, con respeto y cariño, jamás nadie antes lo habían visto como lo hacían ahora; tristes, anhelantes y curiosos. ¿Así es como se sentía Harry? No sabía como él podía aguantar eso todo el tiempo. El libro floto hacia él y apresurandose lo tomo, estaba nervioso, ¿También podría vivir, crecer y casarse? ¿También se le daría la oportunidad de tener una pareja y con esta tener hijos? Esperaba que si.

Tercera generación: La oportunidad de salvar vidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora