Capítulo 25. Maratón 1/6

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«"La familia puede herir, son de tu misma sangre pero no dejan de ser humanos y errar es de humanos"»

Al terminar de leer lo último que decía el capítulo, el libro se cerro con un golpe fuerte. Algunos lo intentaron abrir y sufrieron diferentes consecuencias, a Ron le provocó irritación y una picazón intensa en las manos, Hermione y Harry sufrieron una leve descarga eléctrica, Walburga había gritado y soltado el libro, diciendo que no volvería a agarrarlo hasta que fuera seguro, Sirius, al tenerlo en mano y forzarlo a abrirse -Cosa que no logro, por cierto- dió un grito, miro hacia un punto fijo y comenzó a gritar y susurrar que él no había echo nada a los Potter, que había sido Peter.

Eso último costo media hora, ya que el mayor de los Black creía que estaba con los dementores en Azkaban y no en Hogwarts.

Y Draco, en valor o estupidez, intento abrirlo. No falta decir que él también sufrió, ¿No? El hurón grito y se retorció en el suelo, como si alguien le hubiera lanzado la maldición cruciatus.

Tiempo después -Y con amenaza de Minerva- nadie volvió a intentar abrir el libro hasta que esté, por si solo, se levantó y abrió, pero no de manera normal.

- Oh, este libro es asombroso, Dominique es muy habilidosa en la magia, recuerdenme intentar reclutarla entre los aurores. - La voz gruesa y varonil pareció hacer temblar ligeramente a las mujeres y sonreír, ya que podía notarse el orgullo y emoción.

- Potteg.

Todos ahogaron un grito al saber de quién era esa voz sensual, James Potter sonrió orgulloso e inflo el pecho, Lily, en cambio, abrazo al adolescente y bebé de manera sobreprotectora, mirando mal a varias -Y varios-.

- Bien, bien, no llevaré a Dominique a ninguna cosa peligrosa. - Finalizó Harry con lastima.

- Pegfecto.

- Seguiré, si intentaron abrir el libro pido una disculpa por lo que sufrieron, es una protección que tiene el libro. Ya saben, no queremos que termine en manos indebidas... - Guardo un momento silencio, para después, más calmado y con un poco de tristeza, seguir hablando. - Enviaremos a varios de los nuestros, como sabrán por lo dicho por Scorpius el mundo sufre una pandemia, es un virus, en cierto tipo de personas, mortal. Todo lo que llegamos a enviar -La nutellas- fueron desinfectadas, queremos vivir así que no crearemos el Covid-19 antes de tiempo, en fin. Nuestros chicos irán, ya fueron seleccionados y tendrán tiempo de interactuar al igual que preguntar ciertas cosas. ¡Buena suerte!

- ¿Virus? - Murmuró Ginny.

- Ese año quiere matarlos, todo lo que contó Rose era cierto. - Harry no pudo evitarse reír después de eso, Hermione y Ron le siguieron, ellos mejor que nadie sabían que era que, cada año, una nueva amenaza apareciera y quisieran matarlos.

El libro, nuevamente, se abrió y desprendió una intensa luz entre roja y dorada, haciendo que se cubrieran los ojos. Un grupo de chicos cayeron, soltando maldiciones entre dientes y levantándose o, al menos, quienes no cayeron sobre otros.

- ¡No, alejense, respeten a Susana distancia! - Grito un chico rubio, levantándose y alejándose.

- Claro, pero no fuera tu francesito por ahí si olvidas la sana distancia, ¿No? - Protestó un azabache aún en el suelo.

- Touche.

- ¡Merlin, no siento mis piernas! - Grito otro rubio -Solo que este platinado-, claramente alterado y sacudiendo sus piernas.

Tercera generación: La oportunidad de salvar vidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora