Capítulo 54. 9/10

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The Astronaut

The Astronaut

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Por primera vez en muchos años Dumbledore siente un dolor de cabeza. Era calculador, no le gustaba tener algo fuera de sus manos, incluso toda la mierda con el pelon parecido a serpiente era un problema solucionado pero todo esto no. Lo odiaba. Odiaba ver como años de trabajo, personas caídas y todo lo que hizo se iba al carajo.

No es que odiara que hubiera una solución más fácil, una donde menos personas sufrian y todo acababa desde un inicio pero estaba irritado por no habersele ocurrido a él. Sonaba narcicista pero le daba igual, horas, días, meses y años investidos en como evitar todo esto para que después un montón de adolescentes futuristas vengan y te digan que saben como solucionar todo sin crear caos en el mismo tiempo.

Idiotas.

Camino en silencio por su oficina con la poción para dolor de cabeza en la mano derecha y en la otra un caracteristico caramelo sabor limón. Agrio y dulce, algo que podia controlar la caótica mente del mago. Pero estaba bien o al menos eso queria creer, siempre tenia un plan debajo de la manga, al fin y al cabo por algo es el gran Dumbledore, un mago que imponia respeto sin necesidad de ser agresivo o malo.

Solo... Solo demasiado controlador ya que habia vivido que era el dejarse llevar por las cosas sin antes ver más de un panorama. El sonido de la puerta al ser abierta lo hizo mirar hacia atrás encontrandose con Minerva, aquella mujer que, sin siquiera proponerselo, solia recordarle que era un humano y que existian situaciones que no podia controlar.

Minerva quien era de las pocas personas que podia decir con toda la calma del mundo que era su mejor amiga. Tal vez la única amiga.

(...)





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Habia cosas en las cuales ella estaba acostumbrada, podia doblegar a la gente con facilidad, un movimiento de varita y los haria sufrir horriblemente sin importar nada solo para conseguir la información que ella deseaba. Al final, ser cruel y despiadada era algo que brotaba naturalmente de ella, practicamente como el respirar.

Lo que aun no manejaba del todo bien era ser comprensiva y paciente, era algo nuevo, confuso pero sus deseos de respuestas la ponian en una situación incomoda, una en donde no sabia que hacer o como reaccionar. ¿Debería empezar hablando ella o esperar? No tenia idea pero haberle ofrecido una taza de chocolate ya era un avance, ¿No?

Merlín, es más fácil torturar que ser comprensiva. Pensó.

Al llevar la taza a sus labios hizo una mueca, el dulce le asqueo de golpe haciendo que comenzara a tener demasiada sed y hacerle notar que haber bebido chocolate fue una pésima idea.

– Lo que conozco de usted no es agradable. - Susurro James. – Pero en momentos asi debo dar un salto de fé, ¿No?

– No, James. – Respondio amablemente, dejando la taza de lado y recordandose internamente no volver a beber chocolate. – En momentos como estos debes estar alerta, listo para atacarnos por la duda de que seamos un enemigo. Pero eres un león y ellos a veces son muy... Inocentes.

– No deberías estar diciendome eso si es que quieres saber que paso.

– No te hablare con mentiras, solo sinceridad incluso si lastima o me pone en una mala posición.

El azabache asintió suavemente mientras baja un corto trago a aquella dulce bebida, al terminar de hacerlo se mantuvo en silencio unos instantes hasta que soltó un pesado suspiro y se quito un mechón pequeño de la cara.

– Nos pasamos a la mansión Potter por falta de espacio, la madriguera no tenia suficiente espacio asi que no habia problema, todos nos esparcimos por la casa para distraernos hasta que... – Paro de hablar, guardo silencio y se quedo mirando a un punto fijo. Walburga acerco la silla al lado del menor, extendio la mano y dio una suave palmada en la espalda del más joven para tranquilizarlo. – No lo se, estabamos bien y de la nada algo exploto, después todo se torno oscuro pero al despertar todo ya era un caos.

– ¿Quiénes atacaron la mansión, James?

– Mortifagos... Bueno, gente haciendose pasar por ellos.

– No entiendo.

– Lo se. – James sonrió de manera triste, como si intentara reirse de su propia desgracia. – Cuando reaccionamos intentamos reunirnos, lo cual logramos con dificultades ya que algunos estaban desmayados.

Muertos. Pensó.

Ella sabia que eso era muy posible ya que los vio llegar y dudaba que algunos pudieran sobrevivir.

– Buscamos huir y se decidio irnos a Hogwarts, no importa que este sitio siempre será nuestro lugar seguro asi que vinimos. Delphini nos guio por una entrada oculta y nos metió a la camara secreta, donde sabiamos que solo habian tres personas que podian entrar, dos de ellos estaban con nosotros asi que no me alarme. – Arrugo la nariz con miedo, como si algo no estuviera bien. – Estando dentro comenzamos a hablar sobre que hacer y cuanto esperariamos, hasta que él comenzo a decir cosas fuera de lugar.

– ¿Él? – Susurro confundida.

Quiso preguntar quien era él pero James volvio a sumirse en sus pensamientos cosa que la ponia nerviosa.

– Teddy intento calmar la situación pero de la nada él comenzo a atacar, todos los mayores reaccionaron, Victorie nos iba a esconder pero cambio de lugar con Delphini ya que ella no podia usar la varita y conocia mejor el sitio. – Murmuro James encogiendose un poco en su sitio junto con una expresión de tristeza y dolor. – Pero aun asi logramos ver como luchaban y Victorie caía.

Entonces guardo silencio y cerro los ojos intentando calmarse, Walburga le acaricia la espalda en suaves toques para no alterarlo más, el chico solo asintió en agradecimiento.

– ¿Cómo que se hacian pasar por mortifagos? – Se animo a pregunta. – Y más importante, ¿Quién es él?

– Son nacidos de muggles cansados de que aun después de la guerra, son rechazados por muchos, entonces han decidido levantarse en armas. Y él... Es Michael Abarbanel.


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Este capítulo esta dedicado a:

KrissSofiaCastillo
MagdalenaArriaza
ArlennyMelo8
elith-lazaro
ale03052004

Publique después de mil años, ahora sí me permiten me iré a ser bolita sabiendo que Jin se ha ido al servicio militar, lo extrañaré pero al menos sabemos que volverá y nos toca esperar mientras hacemos stream.

Tercera generación: La oportunidad de salvar vidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora