Capítulo 3. Dominique Weasley.

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¡Hola, pasado! ¿Qué hacen? Aparte de leyendo esto.

- Nada, solo aquí sentado pensando en la vida.

- George, silencio.

- Lo siento, mamá.

Bueno, no teníamos planeado esto, ¿Saben? Pasamos de estar devorando las galletas de la abuela a escribir para versiones jóvenes de nuestros padres... En fin, el hipotálamo.

- ¿Eh? - Dijeron varios y otros lo pensaron. Si, esa sería una generación loca.

Seguiré, me llamo Dominique Weasley Delacour.

- ¿Quién se casó con Fleur? - Pregunto Ginny irritada, no le había agradado mucho la chica, ninguno de sus hermanos supo que responder.

Mis padres son nada más ni nada menos... ¿Dónde está James cuando necesitó redoble de tambores? Bueno, da igual... ¡Son Bill y Fleur Weasley!

Los hermanos Weasley gritaron a Bill acerca de lo atortunado que era, Molly sonrió un poco agradecida a Fleur por callar a sus hijos y sentarse cerca de Bill, Ginny bufo con los brazos cruzados sobre su pecho pero poco después nego, si su hermano era feliz ella también lo sería.

Tengo 16 años, pertenezco a... ¡Slytherin!

Silencio, nadie espero eso, pero cuando el asombro paso la casa de las serpientes aplaudieron, al fin y al cabo era una integrante más. Los Weasley le siguieron mientras que Ron, por lo bajo, musitaba traición y deshonor.

No dudo que tío Ron este quejándose o algo por el estilo, solo te diré que no todos estamos en gryffindor. Bueno, seguiré, me estoy yendo por las ramas.

Papá, respira profundo y no te exaltes pero... Tengo novio, es maravilloso y lo apruebas en un futuro. No sé que decir, todo esto es raro.

Mis padrinos son Tía Ginny y Tío Dudley.

- ¿Dudley? - Gritaron, en perfecta sincronía, Petunia, Vernon y Harry, el mencionado había quedado en shock. Bill y Fleur miraron al chico, no lo conocían pero debía existir un gigantesco motivo por la cual es el padrino de su hija.

Y como no se que más decir les escribiré un fantástico recuerdo, ¿Les parece?

«¿Y yo que, Nike, me olvidas?»

¡Potter, no vuelvas a hacer eso! Lo siento, me quito el libro. ¡Adiós, viejos no tan viejos!

- Esperen, ¿Por qué, Bill? Existiendo tantas personas elegiste a Dudley para padrino. - Reclamó el azabache.

- Eh... No sé, Harry, es el futuro, ¿Cómo voy a saber?

- Creo que gracias, pelirrojo.

- Bill, soy Bill.

[...]

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Tercera generación: La oportunidad de salvar vidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora