Tercera generación: La oportunidad de salvar vidas.

Capítulo 53.8/10

BTS (방탄소년단) 'Yet to Come' MV
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ᴠᴏʟᴜᴍᴇ : ▮▮▮▮▮▮▮▮▮▮

James estaba bloqueado. No podía pensar, solo sentir y ser un espectador, alguien que ve todo desde la lejanía. Prácticamente en tercera persona y para hacerlo aún más abrumador, en cámara lenta.

Y aún así todo había pasado en cámara rápida, recordaba el grito de frustración de Delphini, los gritos de Teddy ordenando les correr y los delgados brazos de Victorie empujándolos, forzandolos a avanzar. Sintió miedo y por primera vez en su vida se sintió como un niño pequeño que necesitaba ser cuidado, correr a los brazos de sus padres para sentir aquella calidez que desprendían pero eso no era posible y por lo que veía, no sería posible en un largo tiempo.

O mejor dicho nunca más.

En algún punto quien los guiaba por los pasillos de la cámara secreta no era Victorie, era Delphini y Albus, ambos corriendo codo a codo sin discutir cuando alguno de ellos daba alguna orden. James creía que se volvería loco pero lo único que lo mantenía cuerdo era la mano de Dominique la cual no soltó en ningún momento, si lo hacía se volvería loco ante la idea de que algo podría sucederle.

Una falsa sensación de alivio, eso era lo que sujetar la mano de la pelirroja le causaba.

Los gritos de fondo no desaparecían, los hechizos iban y venían poniéndolo aún más ansioso. Estaba por vomitar de los nervios y el que dejara de escucharse las voces de los que se quedaron allá no le ayudaban en nada. Mucho menos ver qué antes de irse ya había un muerto.

– Abriré el libro y ustedes saltarán. – Advirtió Delphini hojeando el libro. – Lo bueno es que los obligamos a terminarlo, así que van a quedarse allá y terminarán de leerlo, cuando vuelva abrirse deberán hacernos un interrogatio antes de saltar. Hagan preguntas muy exactas, que solo ustedes y el involucrado conozcan.

Quería decirle que no, que ellos se quedarían pero, ¿Para qué? No tenían valor para luchar, las manos le temblaban mientras lanzaba los hechizos. Era más un estorbo que ayuda. ¡Merlín! Hasta Delphini sin magia estaba siendo aún más de ayuda que él.

La vio usar la varita, murmurar unas palabras tan bajas que si no estuviera moviendo los labios dudaría mucho que hablaba y el libro se abrió, se alejo unos pasos.

– Apúrense. – Ordenó.

– Delphini, no iremos. – Afirmó Albus.

– ¡Me importa un carajo que quieras, Potter! – Explotó ella furiosa, acercándose y sujetándolo de los hombros. – ¡Vas a meterte en ese puto libro, te irás y estarás en un lugar seguro! ¡¿Entendiste?!

James jalo a su hermano liberandolo del agarre de la mujer, la cual cerro los ojos y respiro profundamente, movió los labios para después solo retroceder. Delphini no estaba bien, no la juzgaba, nadie estaba bien en ese instante hasta que ella señaló el libro. Una silenciosa súplica de que hicieran lo que pidió, odiaba eso, no quería hacerlo pero no había más opción.

– Háganlo. – Dijo sin siquiera pensarlo.

Y lo hicieron. Cada joven fue dando un paso hacia el libro dejándose absorber por este y desapareciendo del campo de visión del mayor de los hijos Potter. La inquietud lo invadió aún cuando sabía el destino de ellos y como si pudiera leer la mente Dominique envolvió el brazo alrededor de la cintura de él causándole tranquilidad.