Con trabajo y esfuerzo la tercera generación envía un libro donde se presentan, mostrando como son y lo que hacen pero no solo eso, sino, también, para contar muertes que ellos desean evitar con desesperación, desean que cada uno de esos lectores te...
«“Si quieres paz... Pues espera tu turno en el más allá”»
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La paz podía sentirse entre los magos que estaban disfrutando de una tarde tranquila, esperando que sus hijos volvieran del pasado. Pero desgraciadamente la paz no puede ser eterna, no para ellos. No para los salvadores y luchadores del mundo mágico.
[...]
James no podía procesar lo que sucedía, habían estado hablando con calma y de la nada una explosión, él saliendo por los aires y después nada, ahora podía ver escombros y una capa de polvo. Unas manos lo removían con demasiada fuerza, haciéndolo sentirse aun peor, entonces su vista comenzó aclararse y pudo ver una cabellera platinada enfrente de él. Delphini.
La chica estaba más pálida, no sabia si por el miedo o el polvo, tenia un profundo corte en la mejilla que llegaba hasta el mentón. Sangre provenía de su cabello manchando este.
– ¡Maldita sea, James Sirius, reacciona! – Grito ella furiosa.
– ¿Qué esta pasando? – Pregunto aun muy confundido.
La vio quitarle los escombros de encima, sujetarlo del cuello de la camiseta y hacerlo alzarse, un mareo lo ataco pero se mantuvo de pie. Entonces lo noto, una parte de su casa estaba echo trisas, la mansión Potter estaba a nada de caerse, miro hacia el exterior de donde venían luces de todos los colores. Solo así comprendió lo que sucedía.
– Nos están atacando, tenemos que irnos. – Dijo Delphini pero la voz le tembló. – Draco ordeno que nos fuéramos lo antes posible, debemos buscar a los otros.
Ella se levanto, al avanzar cojeo un poco pero siguió avanzando. Pero él no lo hizo, quería ir a apoyar a sus padres y luchar pero no pudo hacerlo, un quejido atrajo su atención. A unos metros estaba Dominique y Louis, ambos bajo un gran pedazo de pared, entonces corrió hacia ellos y empujo, no podía moverla.
– Jaime, cariño, tu tienes a tu mano la varita. – Dice la pelirroja suavemente.
– Oh merlín, lo siento. – Murmura avergonzado, ¿Cómo diablos es que olvido que él si trae su varita? Saco la varita de su bolsillo, alejándose y apuntando hacia el escombro. – No se muevan.
– Oh y yo que quería mover las caderas. – Soltó sarcástico Louis.
Ignoro a su cuñado mientras el escombro era alzado, echo un vistazo hacia atrás y pudo ver a alguien a nada de atacar a su tía Luna por la espalda, no pensó mucho. El escombro fue lanzado en dirección al desconocido provocando un susto en su tía pero quien al buscar la fuente y saber que fue él le sonrió agradecida.
Su novia estaba bien, un poco golpeada y adolorida pero nada que no pudiera curarse con unos días de tranquilidad, la sala, donde se encontraban, estaba casi destruida, marcos de fotos, muebles, escobas mágicas... Todo estaba roto, no había nada que pudiera salvarse. Corrieron en un pasillo topándose con Teddy, el chico estaba lleno de polvo y traía detrás de él a Albus y Scorpius, quienes se veían asustados.
