Capítulo 38. Alice Longbottom

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Capítulo dedicado a: May_Black230

Buenos días, pasado. Soy Alice Amelia Longbottom, ÚLTIMA hija de Theo y Neville.

Tengo 13 años y asisto a griffyndor, no tengo materias favoritas pero soy buena en todas. No se que decir o contar, no soy muy interesante.

Neville hizo una mueca apenas y escucho eso, no deseaba sonar egocéntrico o algo por estilo pero dudaba seriamente que fuera de esa manera. Una parte de la personalidad de Theo vivía en ellos y, por ende, deben ser asombrosos.

«Vuélvete a hacer menos y te meteré un golpe.»

Genial, cuando Rose se molesta puede ser peligrosa, por esa razón se lleva de maravilla con Delphini. Intentaré hablar de mi... No soy deportista ni en el mundo muggle o mágico, saque la timidez de papá.

Un gemido de queja salio de Neville y Theo se mordio el labio, tenía un gran trabajo por delante en el futuro. Ares alzo una ceja y miro a Augusta, poniéndose de acuerdo para ayudar a la jóven. Aunque la segunda piensa en hacerlo de manera sana, ya había fallado una vez y no lo haría una segunda vez.

Amo todo lo que tenga que ver con el mas allá, ya saben, fantasmas, demonios, ángeles y cosas por el estilo. A papá no le agrada mucho eso pero me apoyan, ellos suelen llevarme a sitios con historias de fantasmas y me dejan hacer mis investigaciones. Mis padrinos son Luna y Draco, son buenos padrinos, incluso ellos me regalaron un libro que habla sobre demonios. Y no tengo mas que decir, los dejare con mi recuerdo. Adiós, pasado.

Alice estaba realmente feliz, su hijo le había puesto su nombre a una de sus hijas y ese era un gran honor, Frank hacia una mueca de curiosidad, no sabia de donde había sacado ese gusto su nieta pero reconocia que sonaba sumamente interesante.

[...]

El día pintaba de maravilla y ella solo tenía una cosa en mente, su investigación

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El día pintaba de maravilla y ella solo tenía una cosa en mente, su investigación. Hacia un año atrás se había puesto en contacto con un amante de lo sobrenatural y durante meses hablaron, cuando decidieron conocerse fue llevada y vigilada por sus padres. Y ahora, después de tanto tiempo, harían una investigación juntos.

Llego el mocoso. – Grito Frank con aburrimiento desde el piso de abajo.

Alice no pudo evitar reírse, su hermano mayor detestaba a Paul y lo hacia notar, agarro su mochila donde tenía sus cosas y bajo al primer piso. Frank estaba sentado en la sala, sus brazos estaban cruzados en la altura de su pecho y miraba con molestia al menor. Paul sonrio tímidamente, asustado y se achico en su lugar, Neville llego al poco tiempo y miro a su hija, hizo una seña y ella comprendio fácil a lo que se apresuro a ir a la cocina.

– Traquilo papá, llevo mi varita a la mano, el traslador esta en mi bolsillo. Estare bien, aparte, se que me seguiras, no soy idiota – Acusó la menor.

Él se sonrojo con fuerza al ser descubierto pero Alice no podía molestarse, su familia solo se preocupaba por ella. Neville pareció mucho mas tranquilo y la dejo irse.

– Esto es sumamente interesante, veremos fantasmas reales.

– Eso espero, Paul. ¿Traes la ouija?

– Si.

Ellos no tardaron en llegar a una gran casa, se caía a pedazos y había un olor feo, la humedad la hizo hacer una mueca de completo asco. Ambos se miraron y se encogieron de hombros, ignorando eso. Al adentrarse a la casa las ruinas eran peor, era de dos pisos y las escaleras estaban rotas y frágiles, la sola idea de subir era estúpida.

– Este lugar tiene una vibra horrible. – Mascullo Paul acomodando una cámara cerca de donde estarían sentados, reviso la iluminación y, para su sorpresa, solo debían abrir mejor las ventanas y ya.

– Es normal, Paul, aquí fueron asesinadas varias personas. – Murmuro Alice de una manera de respeto a quienes ya no estaban presentes. Alzo la mirada hacia el segundo piso y hizo una mueca. – Se metieron a robar, el padre intento defender a su familia... No lo logro, lo asesinaron de un tiro al pecho y la esposa bajo preocupada, también sufrió el mismo destino.

– ¿Y los niños?

Ante la pregunta hubo un silencio tenso, ambos sabían el destino pero sabían que sería irrespetuoso decirlo.

Prepararon todo, Alice dió un suspiro y saco su libro de demonios de la mochila junto con agua bendita, dijeron unas palabras en respeto a los muertos del sitio y iniciaron el juego.

[...]

Los nacidos muggle parecían apunto de esconderse y los demás magos no podían evitar rodar los ojos.

– Ya, ¿Qué maldito mago loco invento eso? – Demandó saber Colin, eso era algo que le causaba escalofríos.

Salazar y Godric miraron hacia otro lado, Helga y Rowen rodaron los ojos.

– ¿Ustedes? – Preguntaron varios pertenecientes a esa casas.

– ¡Rowen también ayudo! – Acusaron Godric y Salazar.

Los pertenecientes a esas casas soltaron un suspiro y desviaron la vista, los Ravenclaw no sabían si sonreír orgullosos o también desviar la mirada.

Ginny pidió el libro a Frank y comenzó a leer, sabiendo que podía desatarse un caos en unos segundos.

Mike Azose. – Leyó la pelirroja.

– Después de este capítulo sería bueno pedir un descanso. – Comento Harry. – ¿No cree, profesor Dumbledore?

Dumbledore solo asintio dándole la razón.

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Treinta y ocho modificado a las 02:56 am, día 30 de marzo.

Tercera generación: La oportunidad de salvar vidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora