Capítulo 8. Teddy Lupin

4.2K 231 32
                                    

Si, como se había pensado Remus casi se desmaya principalmente por Sirius, que él tenga conocimiento el azabache no tiene una vagina oculta y él mucho menos, así que rezo a todas las deidades muggle mientras el otro se había puesto a leer para si mismo. No, la expresión de molestia no ayudaba. James le dió unas palmadas espero unas palabras sabias pero este se acercó con burla.

- Uy, alguien dormirá en la casa de los gritos.

Esto... Por merlín, jamás creí que mis padres leean esto. Me llamo Teddy Remus Lupin Tonks.

La calma que Sirius había tenido la primera vez que leyó eso para él mismo desapareció, se levantó con una expresión de molestia, celos, dolor y un poco posesivo, el castaño parecía aterrorizado y suspiro, iba a terminar desmayandose, ¿Las cosas no podrían ponerse peor? Se equivocó.

- ¡No quiero a Remus, tío, baja la maldita varita!

Si, Tonks podrá ser un auror y dar miedo pero ver a un Black furioso y celoso es como ir con el mismísimo lucifer e hacerle mil y un ofensas, Andrómeda se poso delante de Sirius mientras esté le advertía que se alejara de su «lobito», Harry se compadeció y también termino en medio de su padrino y la metamorfomaga.

- ¡Padrino! Recuerda que por actuar sin pensar pasaste doce años en Azkaban! - El Black se detuvo, cruzandose de brazos. - ¿No pensaste, tal vez, que ustedes querían un hijo y Tonks ofreció su vientre?

Repitió lo que Hermione, por miedo a la expresión de loco de Sirius, había susurrando. El animago se sonrojo, eso tenía demasiada lógica.

- Tonks yo...

- No pasa nada, tío Sirius. Ahora siéntate y lee, pulgoso.

Cosas como está molestan, debo explicar todo esto... Aquí voy.

Sirius Black va a morir, en el año que están actualmente a manos de Bellatrix Lastrange

Harry, James, Lily y Remus rompieron en llanto, Walburga se había tornado roja de furia y había echo aparecer un muñeco muy parecido a su sobrina y había enviado todos los maleficios que conocía -Que eran muchos- Narcissa lloro, sabía que su hermana, después de unirse a Voldemort, había cambiado pero no la creía capaz de matar a su propia sangre, Andrómeda limpio sus lágrimas, no lloraría, Sirius aún estaba ahí -En shock, pero seguía ahí- y ella no permitiría que su hermana hiciera tal atrocidad.

- Hey, no lloren. - Pidió Sirius cuando reaccionó, cerró el libro y avanzo hasta Lily, James y Harry, abrazo a cada uno y los calmo para después ir hasta el castaño y arrodillarse frente a él, sabía que sería más difícil.

- Remus, estoy aquí, no te voy a dejar solo.

- ¡No, morirás, Sirius! Te irás y no cumplirás tu promesa, volveré a estar solo. - Sollozo, los alumnos de Remus lo miraron con tristeza, había sido un profesor amable y bueno, siempre con una sonrisa y palabras adecuadas pero ahora estaba ahí, llorando por la muerte de Black. - No, no moriré Lunático, vas a tener que soportarme hasta los últimos días de tu vida, ¿Crees tener paciencia para eso? -

El hombre lobo asintió, sintiéndose mucho mejor cuando el azabache lo tomo del mentón y lo beso, se podía escuchar a las mujeres decir un «Aww» o un «Que tierno» y a los hombres un «Váyanse a un hotel».

Al separarse Sirius sentó a Remus el sus piernas y siguió leyendo, el castaño esforzándose por no avergonzarse de la mirada burlona de Cornamenta.

«Mi mamá matando a sus familiares desde 1234».

No hagas referencias chistosas con muertes.

Tercera generación: La oportunidad de salvar vidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora