Llego a la escuela al día siguiente sin prisa alguna. No hay ni rastro de "nombre de perro" y sus secuaces. Mejor para mí y para mi humor. Me reúno con María, Aubree y Carlena. Ellas parecen muy excitadas y ansiosas por algo.
-Hey, tía, ¿dónde andas metida? Últimamente no se te ve el pelo- me dice María.
-He estado bastante liada, como mi hermano se ha mudado y tal...- decido restarle importancia y no contarles lo que realmente pasa por mi cabeza en este mismo momento. O ellas son muy ingenuas o realmente yo miento muy, muy bien. Veo como María me mira de reojo, tal vez ella se de cuenta de que algo pasa.
-Pues deja la maxi mudanza de tu hermano para el fin de semana que viene, este va a ser solo nuestro, ¿sí?- me dice Aubree -Te cuento el plan: viernes noche dormimos en mi casa y vamos a tomar algo, pero de tranquis, sábado hacemos cualquier tontería y salimos de fiesta ¿vale?- me dice.
-¿Y eso?- pregunto.
-Mis padres se van de casa este fin de semana- sonríe con malicia.
Llevo mucho tiempo sin quedar con ellas. Las he llegado a considerar mis amigas, pero ni si quiera tengo la suficiente confianza con ellas como para contarles mi problema. O tal vez si la tengo, pero yo no estoy nunca segura de en quién puedo confiar y en quien no. Confiaba ciegamente en Emily, pero ahora ya apenas hablamos. ¿En quién puedo confiar? Confío en mis hermanos más que en nadie, pero esto no se lo puedo confiar a ellos. Y de un modo extraño me siento como nunca antes me había sentido: estoy sola. Tal vez he estado siempre sola, sólo que me he dado cuenta ahora.
La mañana sigue su transcurso con tranquilidad y decido que no hay que darle más bombo al tema. No estoy como para juegos en este momento. Alguien me empuja contra el baño de chicas, y antes de poder ver quien es estoy encerrada en uno de esos pequeños cubículos junto con Joyce.
-¿Pero qué haces? ¿Tú estás loco?- grito susurrando, ¿cómo coño alguien puede hacer eso? Sí, sólo yo.
-Necesitaba hablar contigo, y tú no estabas demasiado dispuesta a coger el teléfono- me dice encogiéndose de hombros.
-¿Y la genial idea que se te pasa por tu estúpida cabeza es esta? ¿Colarte en el instituto dónde cualquiera nos puede ver?- le pregunto, él amaga una sonrisa.
-He entrado con la excusa de venir a saludar a los profesores- me cuenta.
-Odiabas a todos los profesores- me cruzo de brazos frente a él mientras me recuesto en la puerta -Y ellos te odiaban a tí, no hay diós que se trague eso- sentencio.
-Pues la secretaria se lo creyó- ruedo los ojos -Siento lo de ayer, me puse como una moto- me dice mientras alarga su mano hacia las mías -¿Hace una cena de reconciliación?- le miro sin acabar de fiarme demasiado.
-Joyce, no sé...- me corta.
-Iris, por favor- me ruega -Te juro que jamás volveré a llamarte cría, lo juro- me promete.
-Está bien, esta noche- le digo.
Me sonríe y junta sus labios con los míos despacio y lento, está bien, supongo. Salgo del cubículo bajo su atenta mirada y me pierdo en el immenso instituto deseando que nadie tenga presente a Joyce aquí, y sobretodo, que haya sido cauto a la hora de salir del baño de chicas y nadie haya sospechado nada. Maldición.
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Seis hermanos
Teen FictionMi vida es un de la 'A' a la 'Z' continuo. Empezando y acabando con mi familia. Los Parker siempre hemos sido una familia un tanto... peculiar, sí, esa es justamente la palabra que busco. No sólo por el echo de que nuestros nombres siguen el orden d...