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La vuelvo a empujar y esta cae al suelo de un estruendo. Ella se levanta de golpe y, cuando está a punto de lanzarse contra mí y me preparo para contraatacar descubro que alguien la ha agarrado por los brazos y la ha separado de mí, a los pocos segundos, yo estoy foprcejeando en los brazos de alguien, y ese alguien es Jordan.

-¡Suéltame, suéltame!- urjo y veo como ella sonríe con suficiencia desde los brazos de Mitch.

-Iris, no te conviene otra visita al despacho del director, acabas de llegar- me susurra.

Relajo mis músculos pero tengo una tensión demasiado grande en mi cuerpo, necesito sacarla por alguna parte, y no estoy segura de si voy a aguantar sin partirle la cara hasta salir del instituto. Suspiro, y cuando Jordan nota que mi cuerpo ( y yo) se ha relajado, me suelta y coloco mis pies en el suelo. Ella ha desaparecido de mi campo de visión. El juego sigue y noto como algunas de las chicas se acercan a preguntarme que qué ha pasado, pero ni si quiera yo estoy segura de porqué esa loca lleva fastidiándome desde que me ha visto esta mañana. ¿Qué le pasa a todo el mundo en Cave Creek? ¿Es que están todos gilipollas o qué? Tras la ducha y las clases que quedan, salgo, topándome de lleno con ella. Oh Dios, juro que le voy a partir las piernas, lo juro por lo más sagrado.

-Hombre, pero mira a quién tenemos aquí- se cruza de brazos delante mío. La miro con una ceja levantada.

Intento hacerle caso omiso e intento avanzar, sin éxito alguno ya que ella, de nuevo, se coloca frente a mí, cortándome el paso alló dónde intento ir.

-¿Te puedes apartar?- pregunto, con cabreo notorio en la voz.

-¿En serio crees que te ibas a marchar de rositas después de tu intento patético de dejarme en ridículo delante de toda la clase?- ¿Pero qué dice? En serio, esto tiene que ser una broma, una cámara oculta o algo por el estilo.

-Oye, que me dejes pasar- intento pasar de nuevo pero hace el númerito otra vez de cortarme el paso. Se acabó, me ha hartado.

Dirijo mi puño directamente y lo estampo contra su mejilla. Ella se hace a un lado de golpe con la mandíbula casi desencajada. me mira con horror y suelta un alarido de dolor. Que se joda.

-Te lo he avisado- le digo. Y sigo con mi camino.

Noto que un peso muy grande cae sobre mis espaldas y sin poder evitarlo, caigo de bruces contra el pavimento del aparcamiento, raspándome el brazo. ¿Pero qué... 

Giro mi cuerpo y la tengo sobre mí tirando de mi pelo ¿En serio? Qué patética. La agarro por los brazos ti ro de ella de manera que la oigo gritar. Noto una punzada de dolor en mi brazo ¿Me está mordiendo? Madre mía, esto tiene que ser surrealista. Intento que me suelte cuando tiro de su pelo de rata hacia abajo, me suelta y creo que ver un destello rojo en mi antebrazo. 

-¡No te acerques a mi novio!- ahúlla.

¿Qué? De repente noto, como de nuevo, alguien me agarra. No logro ver nada, entre la confusión y la capucha gris que tapa toda su cara, me es totalmente imposible. Ese "alguien" grande y encapuchado me conduce a un callejón del instituto dónde no hay nadie.

-¡Suéltame!- me frustra mucho que me reduzcan de esa manera, me gusta sentirme libre. Esa sensación es casi claustrofóbica para mí.

-Tranquila rubia- oigo esa voz y automáticamente mis pupilas se dilatan. Es él.

Me suelta en el suelo, estoy demasiado en shock. 

-¿Qué haces aquí?- pregunto con la mandíbula casi igual de desencajada que la loca. 

-¿Es que me vas a preguntar eso cada vez que me veas?- me dice burlón.

Lo miro sin acabar de comprender del todo esta situación. Es cierto que la última vez que le ví le dije eso, pero lo último que me esperaba era que quién me separase de esa pelea fuese Blake. Sigo en shock, creo que me va a durar toda la vida, a este paso. Este chico es la persona más inesperada del mundo.

-¿Porqué me has separado de ella?- pregunto.

-Porque tenías todas las de ganar- se cruza de brazos delante mío y se apoya en la pared. Qué guapo es. Por eso mismo no lo tendría que haber hecho.

-Pues más razones para no dejarme hacerlo- suelta una carcajada.

-¿Y con quién mato yo mi aburrimiento entonces?- me pregunta a la par que eleva una ceja. 

Uno piezas. Él es el famoso novio. Pego unos cuántos pasos atrás. Así que de todo eso iba esto.

-Mira cómo se ha puesto esa loca conmigo- le digo -No quiero más problemas de este tipo en el instituto por esto, así que dile a tu novia que se calme- le arrebato la mochila de sus manos y camino lejos de el callejón, pero justo antes de salir noto que hace presión en mi brazo, justo dónde la perra loca me ha mordido, me duele, y sí, efectivamente sangra.

-¿Quién ha dicho nada de novia?- pregunta algo desorbitado.

-Ella- le aclaro, el medio sonríe. Me suelta y observa que su mano está manchada.

-¿En serio te ha mordido?- me encojo de hombros -Qué chica más simple- ríe. Ruedo los ojos y no puedo evitar soltar una sonrisa de lado -Como tú dices, es mi culpa, me siento en la obligación de curarte- me dice.

-Búscate una excusa mejor para llevarme a tu casa- le digo  caminando hacia otro lado, alejándome de él. No me suelta, me mantiene a su lado.

-¿No ha funcionado?-  me dedica una sonrisa con sorna.

-Nop- recalco la p.

-Vamos, deja me ayudarte- me pide ahora, ya más serio.

Miro hacia el exterior y veo el tumulto de personas reunidas, manteniendo conversaciones sobre cualquier cosa, contentos por haber acabado la jornada en el instituto. Este chico puede traerme muchos problemas, y cuando digo muchos, realmente son muchos, y no todos tienen que ver con cara de perro, como dije hace unos días, hay algo que se me escapa de todo esto y me reconcome el saber qué es.

-Tengo que estudiar- le digo.

-Sólo será un rato, te dejaré en la biblioteca en un par de horas-  me cuenta.

Suelto un suspiro y finalmente he asentido. Me he dado cuenta de lo que he hecho cuando estoy metida en el coche de ese chico, que apenas conozco, y con una sensación algo extraña en el cuerpo. Extraña, pero finalmente agradable. Blake lleva escrito problemas en la frente.

Seis hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora