Harvey pasó desapercibido desde el día que nació hasta hoy. Lo digo por el echo de que mamá se fue al hospital por un mero dolor de barriga ni si quiera había salido de cuentas y ¡Pam! De repente llamó a mi padre anunciando que su sexto hijo había nacido.
Mi abuelo Crash, que es más rudo que un palo de montaña siempre suele soltar el típico comentario de: "Es tan raro porqué nació cuando no tocaba".
Sinceramente, yo no considero a mi hermano Harvey raro, solo que no es como el resto de los otros Parker's machote. El está feliz encerrado en su habitación leyendo y estudiando. Es el típico cerebrito con gafas en el que nadie se fija porque vive en la sombra de sus hermanos mayores, aunque sinceramente, con Harvey es con quien menos peleo.
Con esto no quiero decir que Harvey sea una rata de biblioteca ni mucho menos, él tiene su grupo de amigos e incluso ha tenido alguna vez un rollete, solo que los amigos de Harvey al lado de los míos... Digamos que son el tipo de gente con el que yo nunca me juntaría. Demasiado parados para mi gusto, pero ¡Oye! Tiene que haber de todo en esta vida.
Harvey, a diferencia de Edvard, nunca le ha gustado llamar la atención, él es feliz posando en la parte trasera de las fotos familiares, en cambio, todos nosotros nos peleamos por salir en el primer plano. Gracioso ¿No es cierto?.
No suele hablar entre las comidas, y si lo hace, es porque alguien le ha preguntad algo, lo más gracioso es, que pese a sus atuendos y sus gafas grandes es exactamente igual a Edvard a su edad. Harvey, probablemente sea de los más guapos de mis seis hermanos, pero es como el patito feo, le falta florecer, cosa que creo que no pase, ya que, segñun él dice: "Estoy bien así conmigo mismo ¿Para qué cambiar?".
Supongo que el nacimiento del séptimo Parker al año siguiente le vino de perlas para desviar su atención de él.
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Seis hermanos
Teen FictionMi vida es un de la 'A' a la 'Z' continuo. Empezando y acabando con mi familia. Los Parker siempre hemos sido una familia un tanto... peculiar, sí, esa es justamente la palabra que busco. No sólo por el echo de que nuestros nombres siguen el orden d...