19

6K 411 12
                                    

-¿Qué?- escupe nombre de perro con el pelo recojido en una coleta mal hecha y la camiseta arrugada, qué mala pinta tiene. Lo sabía, debería de haber avisado, mira que llego a ser imbécil.

-Yo...- la situación me pilla tan desprevenida que no sé qué hacer o decir. En estos casos me suelo defender bien, pero ahora... No debería haber venido, pero no hoy, nunca, ningún día, no me debería de haber parado a conocer al encantador Blake, nunca.

-Tara, ¿quien es?- lo oigo preguntar en el interior de la vivienda.

-Nadie, no es nadie- y dicho esto me cierra la puerta en la cara, con una sonrisa de satisfacción.

Con que un "pasatiempo pasajero" eh, mis cojones. Él tiene novia, ¿lo mejor de todo? Que es nombre de perro y que él me ha pedido que acuda a su casa con la intención de ponerle los cuernos a la susodicha, ¿qué pasa? Que la jugada te ha salido algo mal, mujeriego de mierda.

Me siento estúpidamente ridícula en el trayecto a casa. He recibo un par de mensajes más de él, pero los he desechado casi al instante, sin leerlos, nadie se ríe de mí. Llego a casa algo más tarde de lo que tenía previsto. Llego a casa y hay más jaleo de lo normal, unas cuántas cajas ocupan espacio en la entrada y parte del porche, ¿qué pasa aquí? Voy hacia mi madre.

-Mamá, ¿que son todas estas cajas?- le pregunto.

-Son de Callum, se las va a llevar al apartamento nuevo con Dyanne-.

-Oh, qué bien, me encanta la comunicación que tenemos en esta familia- espeto y subo a mi cuarto bajo la atenta mirada de todos los presentes.

Estoy bastante cabreada, ¿por qué? Ni idea, aunque supongo que los hechos detener que estar aguantando a Joyce todo el fin de semana y que Tara me haya cerrado la puerta en la cara, supongo que influyen.

Empiezo a meter en la maleta cualquier tontería que encuentro, y al quitarme la sudadero veo mis puntos, mierda, me tengo que deshacer de esto antes de llegar a casa de él y que todos me miren. Salgo de casa a paso rápido y agarro la bicicleta de mi padre, es de montaña, bastante cara, pero por una hora, más o menos, no creo que nadie la vaya a echar de menos.

Acudo al hospital, y tardo más de lo que me pienso. El hombre que me atiende me pregunta en qué centro me han dado los puntos, me solicita los papeles, pero miento y digo que me los he dejado en casa por que creía que no los iba a tener que utilizar. Le comento que tengo prisa y el buen hombre, decide hacer la vista gorda y retirarlos, diciéndome que debo cuidar que no se infecten y que proteja las heridas de la exposición al sol. Llego a casa jadeando, de nuevo, y me preocupo cuando veo la camioneta de Ryan en la entrada. Para no levantar sospechas, me veo en la obligación de entrar por la puerta de detrás y subir como un rayo a preparar la maleta en menos de diez minutos.

-¿Iris?- oigo la voz de Gus.

-Estoy en mi cuarto- me apresura a cerrar rápidamente la pequeña maleta y mi hermano entra justo cuando la pongo en el suelo.

-¿Dónde estabas?- me pregunta acercándose a mi.

-En el baño- él me mira con cara de "eres una mentirosa" pero lo dejo pasar, de todos modos, él sabe que sea lo que fuese lo que estaba haciendo, no se lo iba a explicar -¿Nos vamos ya?- pregunto.

-Sí, Ryan está abajo esperando para meter las maletas en el maletero- me avisa, agarra la mía con un solo brazo y bajo a la planta baja junto a él.

Saludo a Ryan y a James que están esperándome. Los tres salimos de casa y mi madre me pide que tenga cuidado y le pide a mis hermanos que me cuiden, lo que ella no sabe es, que la mayoría de veces, soy yo la que acaba cuidando de ellos cuando se meten en problemas. Subo en el coche, en la parte trasera, junto a James y a Ence. No he hablado con Ence desde ayer, aunque visto lo visto, mejor no hacerlo.

Paramos en casa de Joyce y este va en el coche junto con Tyler. Y le seguimos en coche hasta nuestro destino durante una hora de camino totalmente silenciosa para los cinco integrantes del coche. Bajo y Ryan carga con mi maleta hacia el interior de la bonita casa de madera en la que tantos fines de semana he estado.

-A ver, gente, ¿Cómo repartimos las camas?- pregunta Joyce.

-Pues como siempre- bufa Tyler.

Todos me miran hacia mi dirección. Siempre que venía dormía en la habitación de matrimonio con Ryan o con alguno de mis dos hermanos. Ence no quiere hablar por prudencia, pero se que se muere de ganas por decir que serán él o Gus quien duerma conmigo, y no Ryan.

-Dormiré con Gus, paso de espectáculos por hoy- sueltan una risita todos, menos mi hermano Ence.

Camino con Gus hacia la habitación y dejo la maleta en una silla. Salgo a fuera y veo como cada uno y a su manera, se están distribuyendo por los cuartos.

-Chicos, necesito que alguien me acompañe a hacer la compra, solo no puedo- oigo decir a Joyce.

-Que vaya Iris, es una mujer, ellas saben de eso de organizarse, comprar con cabeza y tal...- dice James.

-Oh, claro, como no tengo pene tengo que ir a hacer la compra, ¿no? Qué viva el machismo- digo en plan broma, y ellos ríen.

-En realidad, estaba pensando en Tyler- dice rascándose la nuca, sé que no quiere ir conmigo por la tensión que hay entre ambos. Esto hay que cortarlo por lo sano.

-No, iré yo, que me tengo que comprar unas cosas y así aprovecho- intento mostrar un tono amistoso. Él me mira sin acabar de entender -Vamos- le digo saliendo de la casa.

Me dirijo a su coche y me siento en el asiento del copiloto, poco después de que él me abra la puerta para poder acceder. Se sienta en el asiento del copiloto. Arranca el coche, pone la radio y vamos hacia la tienda que está, a apenas cinco minutos, si llega, en coche. Me decido y apago la radio, necesitamos hablar.

-¿Qué haces?- me mira Joyce -Me gustaba esa canción- se queja.

-A ver, vamos a hablar las cosas y quitar, si se puede, este mal rollo, ¿sí?- me mira, y tras varios segundos sopesando, asiente -Bien, ¿que te pasaba conmigo el otro día?-  le pregunto.

-Nada- me dice -Sólo, sólo tuve un mal día Iris... Y al parecer, pues lo pagué contigo-  me dice -Y eso a tí te molestó, y ahora estamos así- me dice.

-Qué mal mientes- le digo, sé de sobras que me está mintiendo, lo conozco demasiado -Vamos, dime la verdad, no va a pasar nada- le pido, amable. A mí misma me sorprende que yo esté tan amigable después del mal humor que me provocó hace poco.

-Me besaste en la fiesta del otro día y no sabía como coño mirarte a la cara después de aquello, ¿contenta?- clava la mirada en la carretera y me pongo blanca.

Esperaba que aquel beso que recordaba de aquella noche hubiese sido producto de mi imaginación en un sueño, pero no. Era real. Genial Iris, te has coronado.

_____________________________________________

¡Hola a tod@s l@s lector@s!

Me dirijo a vosotros para agradeceros las visitas, los me gusta, los comentarios... ¡Todo! Esta historia ya tiene más de seis mil doscientas visitas, y más de trescientos me gusta, y es increíble. En serio, no me acabo de creer esto. Muchísimas gracias a los lectores fieles que seguís día a día la vida de Iris. Aún queda bastante de esta historia, pero debéis saber que no va a haber segunda  parte, solo va a ser una única entrega, y después de esta historia, empezará otra con una temática totalmente diferente. No me enrollo más, sólo quería mostraros lo agradecida que estoy y deciros que me podeís seguir tanto en Twitter como en Instagram o en mi canal de YouTube. ¡Muchas gracias, de nuevo! (¿Y vosotros, de quién sois: team Blake o team Joyce? Hacedmelo saber en lso comentarios, porque para el desarrollo de la historia lo voy a tener muuuuuuy en cuenta.)

Twitter: @carflackn

Instagram: @carflackn

YouTube: www.youtube.com/user/sentencebreaker

Seis hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora