William T. Spears regresaba a su casa luego de un arduo día de trabajo, en el que tuvo que cumplir horas extras gracias a su compañero Grell Sutcliff.
Atravesando la puerta de su hogar, fue recibido por una tranquilidad poco habitual; normalmente, cada vez que llegaba, su pequeña hija se abalanzaba sobre él para darle un fuerte abrazo. Extrañado, se dirigió a la sala de estar, luego de asegurarse de haber cerrado correctamente. Allí, una esbelta mujer de cabello ondulado y negro, leía un libro sentada en el gran sofá.
-¿Dónde está ______?-preguntó.
-No lo sé, supongo que en su habitación-la mujer contestó con un tono completamente indiferente, que provocó que al shinigami le hirviera la sangre. ¿Cómo podía hablar de esa manera cuando le preguntaban por su propia hija? Sin embargo, William siempre había mantenido presente que, algunos años después de que la niña nació, su madre comenzó a despreciarla y a ignorarla sin razón aparente.
El hombre subió las escaleras y sus pasos se dirigieron a una puerta adornada con algunos tiernos dibujos de extrañas criaturas. Ingresó a la habitación sin hacer demasiado ruido, para descubrir a la pequeña de ocho años abrazada a su almohada, con sus grandes ojos abiertos. Se sentó en el borde de la cama, dirigiendo su mirada al rostro de la pequeña, donde notó rastros de recientes lágrimas.
-¿Qué sucedió?-preguntó con preocupación, posando una de sus manos en el cabello de su hija, que pareció despertar de su ensoñación ante el cálido tacto.
-Todo sería mejor si yo no hubiera nacido, ¿verdad?-habló ella, dejando sorprendido a su padre, que incluso detuvo sus suaves caricias para mirarla a los ojos.
-Honestamente, no puedo creer que mi propia hija pregunte semejante estupidez-contestó, con una sonrisa en sus labios-. ¿Sabes? Mi vida sería horrible si tu no estuvieras, pequeña. Volvería del trabajo sólo para encontrar una casa aburrida y solitaria.
-Pero... Tendrías a mamá y no necesitarías hacerte cargo de alguien como yo-dijo ______, incorporándose hasta quedar sentada frente a él.
Esta vez, William frunció el ceño ante el comentario; nunca la había oído preguntar ni decir cosas como aquellas y creía saber la razón de todo esto.
-¡Suficiente! No quiero que jamás vuelvas a pensar algo como eso-la regañó-. ¿De dónde sacaste todas esas cosas?
-Mamá dice que si yo no hubiera nacido ustedes tendrían tranquilidad y tú podrías descansar en paz luego del trabajo en lugar de estar lidiando conmigo-murmuró ella, bajando la mirada. Los brazos de su padre la rodearon para atraerla hacia su cuerpo.
-Quiero que comprendas que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, ______. Eres mi hija y siempre te voy a amar, no importa lo que pase ni lo que otras personas digan.
Aquella noche, después de que la pequeña shinigami lograra conciliar el sueño con las dulces palabras de su padre, el hombre tuvo una calurosa discusión con su mujer. Se hablaban como si fueran completos desconocidos, elevando el tono de voz de vez en cuando, lanzándose miradas iracundas y sacando a la luz los defectos del otro. Spears nunca se había enfadado tanto con su esposa como ese día, y no pensaba perdonar las cosas que esta le dijo a su hija durante su ausencia.
A la mañana siguiente, cuando despertó, encontró una nota sobre la mesa que decía lo siguiente:
<<Me marcho con Roger.
Él siempre fue mejor amante que tu, y nunca ha dado más importancia a cualquiera que no sea yo.
Espero que seas capaz que sobrevivir solo junto a esa mocosa>>
Este hecho, lejos de deprimirlo, sólo le sacó una ligera sonrisa. Ese estricto shinigami había dejado de amar a aquella mujer desde hacía bastante tiempo, pero no se separaba de ella porque quería que su hija tuviera una madre, aunque al parecer cometió un error con esto.
Sin embargo, no dudaba que sólo con su pequeña él podría ser feliz de cualquier manera. Esa niña siempre llenaba de alegría sus días y lo ponía de buen humor cuando las cosas no salían como él quería en el trabajo.
-Definitivamente te protegeré de cualquiera que se meta contigo, ______.
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Hola c:
Espero que les guste esta historia.
Recuerden que los personajes de Kuroshitsuji son propiedad de la genialosa Yana Toboso y ninguno de ellos me pertenece ^^
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La Hija de William T. Spears
FanfictionLa historia de una shinigami que vivirá muchas aventuras~