Los dos hombres se separaron bruscamente al oír aquella traviesa voz. ______ los observaba con sus orbes verdes llenos de burla, curiosidad y alegría.
-¡N-No es lo que parece!-se apresuró a decir William, desviando la mirada mientras sus mejillas adquirían un fuerte color carmesí.
La niña ya no fue capaz de contenerse, y una estruendosa carcajada escapó desde lo más profundo de su ser, provocando que tuviera que buscar apoyo en el marco de la puerta para no caer de rodillas al suelo.
-¿No es lo que parece? ¡Pero si estaban intercambiando saliva con lengua y toda la cosa!-fingió un estremecimiento mientras hacía una mueca de asco-. Soy inocente, pero tampoco exageres-añadió, respirando hondamente para intentar relajarse de una vez por todas.
Ninguno de los dos adultos sabía dónde meterse. Incluso Grell, siendo tan extrovertido y desvergonzado, comenzaba a tomar un color que fácilmente podía competir con el de su cabello. Verlos en una situación como esa, la incitaba a reír a carcajadas durante horas y horas, pero en el fondo sintió algo de compasión por ellos.
Dando media vuelta, corrió hasta su habitación, subiendo las escaleras con tanta prisa que casi cayó al tropezar con uno de los escalones más altos.
Regresó a la sala de estar después de unos cuantos minutos, trayendo una carpeta en sus manos y una sonrisa pícara en su rostro. Tal y como lo había supuesto, los dos hombres seguían de pie allí, sonrojados y con las miradas desviadas hacia lados opuestos.
Will la observó de reojo, y reconoció de inmediato lo que su hija estaba a punto de enseñarles. Rápidamente, apartando la mirada una vez más, intentó disimular su sorpresa de la mejor manera posible, puesto que esa pequeña tenía una habilidad especial para reconocer las reacciones corporales y emocionales de las personas.
-Tengan, vean esto-dijo, extendiendo la prolija carpeta en dirección al pelirrojo-. Aunque creo que tu ya la conoces, ¿verdad, papá?-agregó, en un tono un tanto acusador.
-No tengo idea de lo que estás hablando-respondió, acomodando sus lentes con un nerviosismo casi palpable.
Dejando de lado la conversación, el shinigami rojo la abrió, tan extrañado como curioso. Pronto, sus ojos se abrieron de par en par al descubrir el contenido de la hoja número uno: era un dibujo de él mismo y su compañero, tomados de la mano y sonriéndose dulcemente.
-¡Oh! Ese es uno de mis favoritos-exclamó ella, en cuanto Grell pasó a la siguiente hoja, dejando ver otro dibujo de él besando la mejilla del castaño.
-Es... Es... ¡Es brillante!-Los ojos de Sutcliff brillaban alegremente y una sonrisa se extendió a lo largo de sus labios. Sonrisa que se borró en cuanto Will le dio un golpe en la cabeza-¡¿Por qué hiciste eso?! Que malo...-dijo, llevando sus manos al lugar afectado.
-No hagas que mi hija siga imaginando cosas, ya tengo suficiente con esos dibujos...
-Y con que los descubrí en plena acción, no olvides ese detalle-interrumpió la niña-. Como sea, todo es buen material para mi bello arte.
Dirigió su mirada a la mesita ratona de la sala, donde reposaba el estuche de su violín. Caminó rápidamente hasta él, tomándolo en sus manos con ese sentimiento de felicidad surgiendo nuevamente en su interior y se volteó a ver a los dos adultos, esta vez con una expresión de seriedad digna de una Spears.
-Escuchen, no me molesta que su relación vaya más allá de la amistad; de hecho, ya pudieron comprobar con sus propios ojos que era algo que realmente deseaba... Lo único que quiero es que no se lastimen entre ustedes.
>>Papá, sé que sufriste cuando mi...-sacudió levemente la cabeza-No, cuando esa mujer no me trataba bien y cuando, previamente, te traicionó con aquel tipo. Es por eso que te pido que por una vez en tu vida, permitas que alguien que de verdad quieras esté a tu lado. No dejes pasar la oportunidad.
>>Grell-sus ojos se posaron en el pelirrojo-, estoy al tanto de que lo amas, me di cuenta de eso hace mucho tiempo. Sólo... No hagas lo mismo que ella. No nos hagas sufrir como esa mujer lo hizo.
El shinigami rojo se acercó a la niña, con una sonrisa que desbordaba felicidad. No estaba seguro de lo sentimientos de su compañero hacia él, y, probablemente, ni siquiera el propio William los tenía claros; pero saber que contaban con el apoyo de alguien tan importante para ambos, provocaba en él una inmensa alegría.
-Jamás haría algo como eso-murmuró, rodeándola con sus brazos y apretándola ligeramente contra su cuerpo-. Prometo cuidarte a ti y a tu padre, sin importar lo que pase.
-¿No vas a abandonarnos nunca?-preguntó ______, con un tono más apagado.
-Nunca, pequeña.
Will, que no se había movido de su lugar, admiraba la escena sintiendo como las emociones se apoderaban de él. Emociones buenas, como la satisfacción de ver feliz a su hija, y emociones malas, como el enojo al recordar a esa mujer.
Pronto, antes de que pudiera percatarse de lo que estaba haciendo, se encontró a sí mismo abrazando a los otros dos de manera protectora, como si no quisiera dejarlos escapar.
-Bienvenido a la familia, papá Grell-dijo ella, sonriendo abiertamente.
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Holi ^^
Espero que les haya gustado este capítulo!
Por favor, recuerden que la historia es sobre la hija de Will, así que no siempre voy a escribir Grelliam xDDD
Fuera de eso, si les gustó, voten y comenten! It's free (?
Nos vemos en la próxima actualización!
Bye byeee ~
PD: la imagen de multimedia vendría a ser el dibujo favorito de rayis xD
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La Hija de William T. Spears
FanficLa historia de una shinigami que vivirá muchas aventuras~