~ Capítulo 15 ~ Esa shinigami, entrena ~

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William ingresó con sigilo a la habitación de su hija, que dormitaba acurrucada con un libro en sus manos. Se acercó a ella para poder cubrirla con las colchas, echando una breve mirada a la página que leía antes de caer en un profundo sueño, encontrándose con un título.

"El Cuervo"

Arqueó las cejas. Tomó el libro, teniendo el suficiente cuidado de no despertarla, y comenzó a leer rápidamente aquellas líneas, frunciendo ligeramente el ceño a medida que avanzaba. No era que la historia fuera mala; de hecho, le parecía interesante la forma en que estaba narrada. Su problema era que le estaba recordando demasiado al demonio del pequeño Phantomhive, y no quería que por alguna extraña casualidad de la vida, a su niña comenzara a sentir cualquier tipo de interés por esa alimaña.

Suspiró, cerrando el libro y dejándolo sobre la mesita de noche, a un lado de la cama.

-A ti no tienen que gustarte los cuervos... No tienes que apreciar a ese cuervo. Descansa bien, mañana te espera un largo día-murmuró, cubriéndola con el edredón, para luego depositar un suave beso en su frente y salir del cuarto.

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La castaña cayó de espaldas por décima vez en aquel día, luego de que Grell lograra hacerle una zancadilla. Se levantó de un salto y corrió hacia él, dispuesta a devolver el golpe; pero sus intentos se vieron frustrados cuando el shinigami reaccionó rápidamente para defenderse... Y ella no pudo esquivarlo.

La niña limpió un poco de sangre que caía de su nariz y le dirigió una mirada de fastidio al pelirrojo, que le sonreía burlón desde donde ahora estaba parado, a una distancia considerable de ella. Ambos se encontraban en un campo desértico, sin ninguna otra criatura viviente que pudiera perturbar el lugar. Habían estado entrenando durante toda la mañana, sin muchos avances, cosa que comenzaba a molestar en sobremanera a ______, que, como nunca antes, lo estaba haciendo bastante mal.

-¿Eso es lo mejor que tienes?-inquirió Grell, con la clara intención de provocar su enojo.

-¡Suficiente! ¡Voy a matarte!-exclamó ella.

Se dirigió hacia él corriendo a gran velocidad, y, antes de que el mayor pudiera percatarse de lo sucedido, ella cayó de pie a sus espaldas luego de un espectacular salto, y le dio una fuerte patada que provocó que aterrizara unos cuantos metros más adelante. Con la respiración agitada, caminó hasta posar un pie sobre Grell, que a pesar del dolor del momento, sonrió con orgullo.

-Parece que el enojo puede sacar a relucir todas tus capacidades de shinigami.

-Deja de molestar y dime por qué se supone que tengo que hacer esto-ordenó, frunciendo el ceño.

A Sutcliff aún le resultaba gracioso como aquella pequeña podía parecerse tanto a su padre cuando estaba tan enojada, por lo que no pudo evitar que una risita escapara de sus labios. Claro que eso le trajo como consecuencia un fuerte pisotón en la espalda.

-Es esto o que Will se arrepienta de llevarte con él al trabajo-explicó.

-¿Y por qué? Ya sé cómo defenderme, no necesito del entrenamiento-refunfuñó, cruzándose de brazos.

 -Bueno, tu padre considera que aún tienes demasiado por aprender, y yo estoy de acuerdo con eso. Imagina qué pasaría si te encuentras en una situación peligrosa y actúas igual que hoy... Saldrías lastimada, ¿no crees? Y nosotros no queremos que nada te pase, linda.

______ suspiró, dejándose caer en el césped y, de alguna manera, logró acomodarse entre los brazos del hombre. Se aferró a su abrigo rojo, sintiendo la mezcla de su particular aroma y el de William.

-Ustedes se preocupan mucho por mi-comentó, cerrando los ojos-; eso me agrada... Hace que me sienta amada.

-¿Hay algo que quieras compartir conmigo?-Inquirió Grell, un tanto extrañado.

El silencio comenzó a aparecer entre ellos, y se mantuvo durante unos cuantos minutos, hasta que ella volvió a hablar tras asentir brevemente con la cabeza.

-¿Por qué? ¿Por qué ella se fue? ¿Por qué no me quiere como lo hace papá y como lo haces tu?

Definitivamente no se esperaba preguntas como aquellas, y mucho menos en ese momento, por lo que tuvo que meditar bien su respuesta antes de decir palabra alguna.

-Seré honesto contigo, ¿de acuerdo? En verdad no tengo idea de qué fue lo que pasó para que ella comenzara a despreciarte, ni siquiera tu padre está seguro de eso. Sabes que se marchó para estar con ese hombre, pero considero que la persona que te abandonó aún cuando tenías sólo ocho años, no merece tu preocupación ni tu tristeza. Una niña tan linda e inteligente como tu sólo tiene derecho a ser feliz con personas que le den amor y la cuiden, como Will y como yo.

Grell observó como ella cerraba los ojos con fuerza y apretaba ligeramente el agarre de sus manos en su abrigo. Pudo comprender, entonces, que por muy desinteresada que la pequeña shinigami fuera con respecto al tema de su madre, seguía siendo sólo una niña... Una niña con tristes recuerdos. Esto también le permitió suponer por qué ella había sido capaz de confiar tan rápido en una persona como Ciel Phantomhive. Quizás ambos niños podían de compartir un dolor similar pero a la vez bastante diferente.

-¿No crees... Que algún día deberías hablar con tu padre sobre estos temas?

-¡No!-respondió inmediatamente, abriendo sus ojos y mirándolo-. Yo no quiero hacerle recordar a papá esas cosas. A mi me gusta que se vea feliz como ahora... Me sentiría como una mala hija si por alguna razón pregunto algo que pueda causarle malestar.

El hombre suspiró. Ya hablaría él mismo con Spears, puesto que sabía que no iba a conseguir nada si pretendía insistir para convencerla. Sacudió levemente la cabeza y se puso ágilmente de pie, aún cargando a ______ en sus brazos. 

-¿Quieres volver a casa?-preguntó, con una dulce sonrisa.

Ella negó rápidamente con la cabeza mientras le devolvía el gesto.

-Aún tengo que hacer algo importante, ¿recuerdas?

-¿Ah, sí? ¿Y qué es eso tan importante?

-Es obvio... Patearte el trasero.

Con esta última frase, y tomando por sorpresa al pelirrojo, ______ bajó de un salto de sus brazos dispuesta a continuar con el entrenamiento desde dónde lo habían dejado. Después de todo, ahora se sentía un poco más ligera de esas cargas que, un rato antes, le molestaban.

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Hola! Adivinen quién volvió a escribir después de un mes? ^^'

Sé que este capítulo no es demasiado entretenido ni nada de eso, pero quería escribir algo así para darle una pequeña mirada a algunos sentimientos de la protagonista. Así que pido disculpas si les aburre!

Si les gustó dejen un voto y su comentario ^^ (A propósito, aprovecho para agradecer a todas las chicas que comentan.. Amo sus opiniones, me ayudan a mejorar aunque sea un poco!)

Nos vemos en el próximo capítulo!

Bye byee~

La Hija de William T. SpearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora