~ Capítulo 28 ~ Esa shinigami, investiga ~

354 50 10
                                    


Algo de toda aquella situación había hecho que ______ se sintiera extraña. 

Arthur, que había sido el primero en ingresar a la habitación apresuradamente, tomó el pulso del señor Von Siemens y declaró que, tal como todos los allí presentes temían, estaba muerto. Sin embargo, ella no sentía muerte en ese lugar, pero tampoco sentía vida emanando del cuerpo. 

Por un momento creyó que quizás debido a que era muy tarde y no había dormido demasiado, estaba un poco confundida. Pero lo descartó porque a pesar de que sus sentidos aún estuvieran en desarrollo y a pesar de que estuviera cansada, no dejaba de ser una shinigami, y sabía muy bien que era capaz de sentir la muerte, como le había sucedido en aquel desagradable circo tiempo atrás.

Cambió de postura, cruzando los brazos sobre su pecho, y su rostro formó una mueca de concentración. Necesitaba sentir algo para comprender qué estaba sucediendo, pero no funcionaba.

  ─ ¿Está bien?─ quiso saber Sebastian, de pie junto a ella.

La chica sacudió levemente la cabeza y lo observó durante unos cuantos segundos antes de asentir.

─ Yo tampoco siento nada en este momento─ volvió a hablar el mayordomo, esta vez en un murmullo para que solamente ella pudiera oírlo.

─ ¿De verdad?─ preguntó ______ con algo de sorpresa. ─ Pero... ¿Por qué? No es normal que ninguno de nosotros pueda hacerlo, ¿no?

Sebastian simplemente alzó las cejas, y la castaña comprendió que él tenía mucho más conocimiento que ella de la situación y de todo en general. Entendió, también, que el demonio no iba a contarle nada sólo porque se lo preguntara.

  ─ Usted es una chica muy lista─ le dijo mientras una sonrisa curvaba ligeramente sus labios finos  ─, podrá resolver esto sin muchos inconvenientes. Si no fuera de esa forma, el Joven Amo no la buscaría cada vez que necesita un poco de ayuda extra.

La shinigami se sonrojó y apartó sus ojos del hombre rápidamente, volviendo a poner su atención a cuerpo del señor Von Siemens. La mancha de sangre que se extendía por su camisa blanca hacía pensar que la herida de su pecho era bastante profunda, y la expresión de su rostro parecía una mezcla sorpresa y dolor, dando la sensación de que conocía a quien le había hecho eso. 

Se acercó a la ventana y la examinó con detenimiento. Afuera, la lluvia seguía cayendo de forma casi despiadada, por lo que era prácticamente imposible salir.

 ─ No fue forzada. Si alguien hubiera entrado, inevitablemente habría dejado marcas por todo el piso. Y si hubiera salido por la ventana, estaría al menos mojado en esta zona de aquí. Y, de todas formas, estamos en un segundo piso así que es improbable que alguien la usara como vía de entrada o salida ─ pensó en voz alta, captando las miradas de los demás.

Apoyó la mano en el marco, con una mirada pensativa. La puerta también estaba cerrada con el pestillo, ¿cómo había salido el asesino? Tenía que tratarse de algún truco ingenioso, pues una persona no podía desvanecerse en el aire.   

─ La puerta estaba cerrada desde adentro cuando llegamos, tengo entendido que es la única forma de trabarla sin contar la llave. ¿Es así, Sebastian?  ─ el mayordomo afirmó, y ella dio media vuelta y se acercó a la entrada de la habitación, examinándola en silencio durante unos cuantos minutos. ─ Hay muchos trucos simples que pueden usarse, ¿no es así? Nuestro asesino parece mínimamente inteligente─ dirigió sus ojos verdes a Arthur.  ─ Usted es un Señor Conocedor de las Palabras, sabe de qué hablo.

El hombre, tras haber superado el mínimo impacto de que alguien estuviera pidiendo su opinión, se apresuró a asentir.

  ─ ¿De qué hablan?─ preguntó Irene, con curiosidad y confusión.

─ Aguja e hilo─ contestó la shinigami. Miró a las expresiones de incredulidad de la mayoría, así que supuso que era necesario explicarlo. ─ Si bien la única forma de cerrar la puerta es desde aquí adentro, si usas una aguja e hilo puedes hacerlo desde afuera. Es bastante simple, en realidad: primero  clavas la aguja y el hilo en la puerta en un lugar donde puedas mantener el pestillo en posición, entonces pasas el hilo por debajo de la puerta y sales. Por último, si tiras del hilo con cuidado para no romperlo y lo manipulas para sacar la aguja, el pestillo bajará y bloqueará la puerta.

 ─ Eso es cierto ─ coincidió Arthur con aire pensativo.  ─ Pero también significa que cualquiera puede ser el asesino.     

______ se giró cuando escuchó la voz de Carl Woodly refiriéndose a ella.

  ─ ¿Qué puedes saber tú de esto? No eres más que una chiquilla. Las mujeres ni siquiera deberían meterse en un asunto como este. Pero quizás si sabes tanto es porque tienes algo que ver con esto. ¿Tienes una coartada? 

Los demás contuvieron la respiración a la espera de una respuesta. La chica enarcó una ceja y se irguió todo lo que pudo, llevando sus manos a la cadera y adoptando una postura que cualquier persona de la nobleza hubiera envidiado profundamente. Pronto, se convirtió en una imponente persona de catorce años.

  ─ ¿Es usted imbécil, señor Woodly?─ preguntó con frialdad y desparpajo. Sebastian no supo si reír o darle una clase de buenos modales más tarde.  ─  Si fuera un poco más observador, podría haber hecho ese mismo análisis en cuestión de segundos. No tiene mucha más ciencia que detenerse a usar el cerebro por un momento, cualquiera con la costumbre de hacerlo sería capaz de notar estos detalles. ─ Parecía que Woodly iba a interrumpirla por su falta de respeto, pero ella alzó una mano. ─ En cuanto a mi coartada, es muy sencilla: me desperté debido a la tormenta y fui a la cocina a buscar algo para beber y poder calmar mis nervios. Allí me encontré con Sebastian, Maylene, Bard y Finnian, por lo que puede dejar de sospechar de ellos también.

─ ¿Qué hay de usted, señor Woodley? Si es capaz de acusar a una de mis invitadas incluso siendo esta mi familiar, espero que tenga una coartada con la que defenderse─ la voz de Ciel la tomó por sorpresa, pues no había notado su llegada a la habitación por haber estado perdida en sus pensamientos.

Todos los presentes fueron presentando los motivos por los que eran completamente inocentes, incluso Carl Woodly. No obstante, hubo alguien que no tenía una coartada sólida, por lo que terminó convirtiéndose en el principal sospechoso del asesinato: Ciel Phantomhive. El chico aceptó que no tenía una excusa válida y, a pesar de que no iba a permitir que lo inculparan, dejó que el resto de los invitados le pusieran las condiciones que les hicieran sentir seguros después de semejante incidente.

La decisión tomada fue que uno de los invitados tendría que vigilar al pequeño conde, y el elegido para eso resultó ser Arthur. A ______ eso ya le parecía un detalle menor que no iba a influir en lo que ya había sucedido, así que dejó de prestar atención a aquella conversación. 

Suspiró exasperada, pues consideraba que había demasiados detalles importantes que se le estaban escapando. ¿Por qué alguien querría crear una cortina de humo como esa tomándose tantas molestias? No tenía idea de cuál era la respuesta, pero estaba decidida a averiguarlo. 

No podía creer que hubiera pasado de estar vestida como una princesa a estar en pijama investigando un asesinato en solo cuestión de horas. Puso los ojos en blanco a sus propios pensamientos.

Su padre no estaría para nada contento al conocer toda la situación.


.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

¡HOLA! 

Pasó un año, UN AÑO, sin que actualizara esta historia y no puedo creer que la dejé estar tanto tiempo. Si quieren matarme, juro que voy a entenderlo y hasta aceptarlo jaja

Al punto, este capítulo fue escrito mientras estaba en el trabajo, así que si encuentran algo incoherente o lo que sea, sepan disculparme y díganme así lo corrijo!

Pero espero que les haya gustado! Voy a estar esperando sus votos hermosos y sus comentarios, que siempre me hacen sentir genial! (Eso si es que siguen ahí)

Voy a tratar de estar actualizando lo más pronto posible, así que estén esperando!

Nos vemos en el próximo capítulo!


La Hija de William T. SpearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora