Ya habían transcurrido casi dos semanas desde que aquella competencia de curry se llevó a cabo, y en la que, como era de esperarse, la Compañía Funtom consiguió una impecable victoria, otorgada por la mismísima reina de Inglaterra, que se había presentado casi al final del evento. Ciel se mostró realmente satisfecho con este acontecimiento y el ego de Sebastian parecía haber aumentado su tamaño al menos dos veces más de lo normal.
En cuanto a Agni y Soma, que volvían a ser tan cercanos como siempre, se hospedaban ahora en la mansión de Londres, y el moreno le hizo prometer a los dos niños que lo visitarían para jugar o hacer algo juntos.
Por su parte, ______ había comenzado a oír extraños rumores durante los últimos días entre los shinigamis del departamento manejado por su padre. Rumores en los que se decía que habría una recolección de una gran cantidad de almas jóvenes en poco tiempo. Por supuesto, intentó preguntar a William de qué se trataba esto, pero él se negaba rotundamente a responder alegando que no iba a permitir que su trabajo interfiriera con su vida personal, algo que a su hija le pareció indignante ya que solía pasar mucho tiempo en su oficina mientras lo veía trabajar.
Ahora ella se encontraba merodeando por la sala de su hogar con una mano en su mentón y el ceño ligeramente fruncido mientras era observada por Grell, que lucía una expresión de terrible aburrimiento en su rostro.
-¿Podrías dejar de moverte de una buena vez, linda?-inquirió el pelirrojo, harto de no tener de idea de lo que pretendía aquella niña con su incesante vaivén.
-Lo lamento-dijo, parando en seco pero aún manteniendo su vista en algún punto fijo del que sólo ella sabía-. Es que necesito una manera de convencerlo y no...
Dejó su frase al aire y esta vez sí dirigió sus orbes verdes a los del hombre. Ya no se mostraba pensativa como hacía dos segundos atrás, sino que sus ojos brillaban extrañamente. Pero Grell conocía bien esa mirada y rápidamente comprendió que estaba a punto de terminar accediendo a cumplir uno de esos favores a los que no podía negarse por la terrible expresión inocente que ______ solía emplear al pedirlos.
Suspiró resignado y ella sonrió satisfecha.
-Suéltalo de una vez, sabes que terminaré cediendo aunque no quiera hacerlo.
-¿Sabes que te adoro, papá Grell?-comentó la niña, antes de acercarse y lanzarse sobre él para besar su mejilla-.Ayúdame a convencer a papá de que me lleve con él a hacer ese trabajo del que no quiere contarme ningún detalle.
-¿Pretendes ir a quién sabe dónde a hacer quién sabe qué?-el pelirrojo parpadeó un par de veces antes de que una sonrisa, que podía catalogarse como orgullosa, apareciera en sus labios-. Lo haré, pero sólo porque me recuerdas a mi y a lo genial que soy-añadió, tocándole la punta de la nariz con su dedo.
-¡Gracias, gracias, gracias!-exclamó, dejando escapar una alegre risita-. Y... ¿Qué harás para que acceda?
El shinigami se mantuvo en silencio durante unos cuantos segundos, como meditando la respuesta que le daría, pero al parecer decidió que ella aún no cumplía con la edad requerida para saberlo porque negó con la cabeza y le guiñó un ojo con complicidad.
-Sólo déjalo en mis manos, pequeña.
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Cuando la luna ya estaba bastante alta, William traspasó el umbral de la puerta de su hogar, con expresión de cansancio y molestia en su rostro. Dirigió sus pasos a la cocina, donde se encontró con el pelirrojo sentado sobre la mesada, admirando sus uñas con un brillo travieso en sus ojos.
Al verlo, Grell se bajó dando un pequeño salto y se acercó a él, rodeando su cuello con los brazos.
-Hola, Will~ Te estaba esperando-susurró juguetonamente, provocando que un escalofrío recorriera la espalda del castaño.
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La Hija de William T. Spears
FanfictionLa historia de una shinigami que vivirá muchas aventuras~