Fuga

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Él siempre es así. No le importa que estemos haciendo o el lugar en donde estemos, el siempre busca la oportunidad para hacerme suyo.
De dejar en claro a quien sea que yo le pertenezco. Tanto a los antiguos como  a los nuevos reclusos. Y aunque su arrogancia debería molestarme, en realidad me gusta mucho ese lado posesivo de Slade. Me gusta como toca descaradamente cada parte de mi cuerpo y me dice lo mucho que me quiere coger, así como las formas en la  que lo quiere hacer. Y aunque quisiera detererlo, y no quiero, me gusta demasiado como me toca y me besa para quejarme.

Desde que nos volvimos más "cercanos" Slade no ha perdido oportunidad de marcar su territorio, dejando en claro dos cosas; que él era el que mandaba en esa prisión y que yo era de su propiedad. Por ende solo él podía tocarme. Algunos no entendían sus advertencias o no les importaba,  por lo que intentaban acostarse conmigo o incluso obligarme, pero cada vez terminaba igual. Con esos hombres en la enfermería y Slade en la celda de castigo. La última vez fue hace solo hace cinco minutos. Dos nuevos reclusos habían entrado hoy; uno por estafa, bastante pálido y delgado, y el otro por asesinar diez policías que era de un metro ochenta y era bastante fuerte físicamente, tenía el cabello muy corto y tenía ojos verdes. Ambos intentaron convencerme de tener sexo en el baño en medio del comedor, logrando que el resto de presos riera en voz baja y otros se burlaban de ellos, dejándolos desconcertados.

_ Me halagan, chicos. _ les dije al tiempo que tomaba mi bandeja de comida y caminaba hacia mi mesa seguido por ellos. _ Pero no creo que se buena idea. _ ellos me cortaron el paso y he insistieron en que sería divertido. Sonreí. _ Apuesto a que sí, pero ya estoy saliendo con alguien y es una persona muy celosa.

_ Vamos, chico. _ el hombre que estaba por asesinato me tomó del mentón y sonrió coqueto. _ No se va a enterar.

Alcé mi ceja ante su descaro y luego sonreí.

_ Está bien. _ acepté formando la sonrisa en ambos hombres que me prometían hacerme pasar un momento inolvidable, jurandome que lo voy a disfrutar tanto que pediré por más. _ Lo haremos en el baño en una hora. Espero que Deathstroke no lo descubra antes o podrían estar en problemas.

_ ¿Deathstroke? _ dijo el hombre que estaba ahí por estafa. _ ¿Sales con Deathstroke? _ yo sonreí y asentí con la cabeza, haciendo que este tragara saliva. _ Ah... ¿saben?... solo estaba bromeando hace un momento. _ dijo rascando su nuca y retrocediendo lentamente. _ En realidad tengo esposa e hijos, no me gustaría engañarla, así que... yo me voy, adiós. _ dijo y salió prácticamente corriendo del comedor, dejando a su compañero desconcertado. El hombre que quedó volvió su vista hacia mí.

_ ¿Que nombre ridículo es "Deathstroke"? _ preguntó logrando la exclamación de sorpresa de todos los presos, cosa que le pareció extraño. Robin miró con lástima al hombre antes de ver a Xavier acercarse hacia ellos. El más alto abrazó al hombre y negó con la cabeza. <<Tsk...Tsk...Tsk... Amigo, eres nuevo. Y solo por eso te daré un consejo. Yo que tú decistiria de la idea de estar con Robin. - me señaló- Deathstroke es muy celoso y peligroso cuando se trata de su pequeño amante. No te recomiendo hacerlo enfadar.>> _ Yo no le tengo miedo. _ <<Deberías>> _ Pues no es así. Además, él ya consintió tener sexo conmigo.

_ No llegarás a los baños y Deathstroke ya te habrá roto todo los huesos del cuerpo. _ <<Si se entera>>, corrigió, <<¿O tu se lo dirás?>>_  Por supuesto que no. Te puedo asegurar que nadie aquí te va a delatar con él. Porque nosotros sí queremos vivir.

_ ¿Sabes qué? _ habló Robin al ojiverde. _ Olvida lo que dije. Solo bromeaba. Odiaria mandarte a la enfermería. _ dije con la intención de caminar hacia mi mesa, pero ese hombre me tomó del brazo con fuerza e hizo que lo mirara. <<Tú aceptaste tener sexo conmigo y ahora no me dejarás con las ganas>>, dijo severo haciendo más fuerte su agarre sobre mi brazo. Frunci mi ceño molesto, pensando seriamente en golpearlo ahí mismo, pero vi a Slade entrar al comedor por lo que desistí de la idea. _ Está bien. _ me safe de su agarre. _ En una hora en los baños. _ le dije alejandome de él. Xavier me siguió a la mesa y pusimos nuestras bandejas de comida sobre la mesa, evitando cualquier contacto visual con el mercenario, que luego de unos minutos se sentó en la mesa frente a mí.

¿Como sucedió?  (Slade x Robin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora