Extra: Promesa

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Después de que Slade y yo terminaríamos nuestra "relación", yo regresé al lado de mis amigos a la torre. Y ellos, como era de esperarse, me recibieron con los brazos abiertos y con grandes sonrisas en sus rostros. Todo volvía a ser como antes. Jugar videojuegos, comer comida chatarra, peleas tontas, vencer villanos no muy inteligentes o peligrosos para nosotros, entrenar, y todo de nuevo. Una y otra vez. Esa rutina me gustaba. La extrañaba cuando era forzado a ser aprendiz de Slade y era en lo único que pensaba. Sin embargo, luego de todo lo que viví al lado del mercenario, mi rutina ahora la veía insípida, vacía. Mis amigos no notaron mi cambio, pero Raven sospechaba algo. Ni siquiera me molesté en tratar de engañarla. Solo le dije que estaría bien, aunque yo sabía que era una gran mentira. Así continuaron nuestros días hasta que a nosotros llegó una nueva titán. Terra. Era una chica un poco insegura y nueva en el manejo de sus poderes. Ella nos había dejado luego de que pensara que Chico Bestia nos había revelado su "secreto" de que sus poderes eran inestables, aunque era bastante obvio para todos que lo eran. El problema surgió cuando apareció solo para tendernos una trampa. Trabajaba para Slade. Él solo la estaba usando y eso me molestó. No estoy seguro de si era porque me reemplazó como aprendiz o porque la estaba manipulando. O ambas cosas. Los titanes y yo nos enfrentamos a él. Pero hubo un punto en el que nosotros nos enfrentamos. Él no quería lastimarme por lo que dejaba que Terra fuera la que hiciera todo el trabajo. Sin embargo, llegó un punto en el que la cueva en la que estábamos comenzó a derrumbarse y Terra se quedó para detener a Slade. Yo me aparté con los titanes, pero al ver lo que intentaba Terra volví corriendo, pero Cyborg me detuvo diciendo que era su decisión. Que debía dejarla.

Lo que él no sabía es que a quién quería a salvo no era a la rubia si no al mercenario. Ese que se había robado mi corazón en aquella prisión hace meses y él que me había hecho tan feliz todo ese tiempo. Iba a luchar contra mí amigo cuando vi a Slade caer al pozo de lava ardiente. Fue en ese momento que mi corazón se detuvo.

Dejé que Cyborg me sacara de ahí y luego de acompañar a Chico Bestia a dejarle un ramo de flores a la estatua de piedra en la que quedó convertida su ex novia, yo me quedé en esa cueva solo, excusandome con mis amigos de que iría a patrullar la ciudad luego. Me quedé de pie frente a Terra queriendo sentir tristeza, pena o algún sentimiento de afecto por ella que tuve cuando la conocí por primera vez. Pero por mucho que lo intentara, no podía sentir por ella nada más que resentimiento y rabia. Apreté con fuerza mis puños, y al ser finalmente consiente de que Slade se había ido, ya no pude contener las lágrimas. Lloré. Lloré de rodillas como nunca lo había hecho desde que perdí a mis padres biológicos. Lloré aún sin tener una tumba en la que hacerlo. Mi pecho dolía tanto que pensé que moriría. El dolor era insoportable y no podía dejar de llorar. Estuve así durante varios minutos hasta que sentí que ya no podía más. Me levanté tambaleandome un poco por el dolor de cabeza y la vista borrosa. Salí de ahí con un enorme hueco en mi corazón.

Las semanas pasaron y no pude superar su muerte. Terminé teniendo visiones sobre Slade vivo y furioso conmigo. Me culpaba de su muerte y eso me destrozaba tanto física como mentalmente. Eso casi me vuelve loco hasta que pude vencer las visiones. Hasta que pude darme cuenta que ese hombre que veía no era Slade. Tampoco sus palabras eran algo que él diría. Poco a poco me fui recuperando. Ahora volvía a comer, dormir y hablar con mis amigos con normalidad. Incluso Raven dijo que me sentía más feliz ahora. Mucho mejor a diferencia de antes, cosa que me hizo sonreír. Y cuando creí que podía rehacer mi vida, empezar de nuevo. Él volvió a aparecer. Era diferente. Más rápido, más fuerte y tenía poderes de fuego que nunca había visto antes. Pero lo que más impactó fue el hecho de que estuviera vivo. VI-VO. Me costó recuperarme de la impresión para atacarlo. Pero él no había venido por mí esta vez. Quería a Raven.

Luego descubrí que trabajaba para Trigon, el padre de Rav, a quien le había llevado a su hija para que abriera un portal entre su mundo y el nuestro, pudiendo salir de su prisión y apoderarse del mundo. Al final Slade terminó ayudándome a buscarla cuando esta desapareció luego de abrir el portal, todo porque Trigon no había cumplido su parte del trato. Y mientras nos sumergiamos en el subsuelo rodeado de caminos rodeados por lava y monstruos de fuego, le reclamé sus acciones pasadas, juzgando sus motivos egoístas para ayudarme. Él evadió la pregunta sobre el precio a cambio de todo el desastre que causó hasta que vi que su rostro, más bien, su cuerpo entero era el de un esqueleto. Solo entonces confesó que Trigon lo había resucitado a medias a cambio de que le diera a su hija. Y una vez él la tuviera en su poder, le devolvería su vida. Su carne y sangre. Claro que éste le mintió y ahora debía obtener aquello por su cuenta. No dije nada después de eso y solo me limité a seguirlo en silencio.

¿Como sucedió?  (Slade x Robin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora