Un día especial parte 2

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El viaje fue un poco largo pero finalmente llegó. A la mansión Wayne. Suspiró. A pesar de seguir siendo su casa, pasaron tantos años que se sentía casi como un extraño en ese lugar. Respiró hondo y entró siendo recibido por Alfred, quien se sorprendió de verlo pero le dijo lo mucho que lo había extrañado y le preguntó si quería que le sirviera algo.

_ Solo quiero saber dónde está mi padre. _ le dijo a lo que el mayor estaba por contestar cuando Superman habló acercándose a ellos.

_ Yo lo llevo. _ dijo a lo que el mayor asintió y se retiró despidiéndose de Dick. _ Ven, sígueme. _ dijo con una sonrisa amistosa mientras lo guiaba hacia la baticueva. <<Ya conozco el camino ¿Sabías?>>, le recordó sin querer sonar tan borde sin éxito. Pero el hombre de acero no mostró signos de estar molesto por eso. En su lugar sonrió otra vez. _ Lo sé. Solo quería hablar contigo un rato. _ <<¿Por qué?>> _ Porque me recuerdas al hombre que amo. _ aseguró. <<No soy su hijo biológico. Yo no me parezco a él>>, dijo con cierto tono de decepción. _ Si no me lo dices no puedo darme cuenta. Pelean igual, hablan igual, tienes personalidades similares. Claro que tu eres más... compasivo que él. Empático,  sería la palabra correcta. Menos calculador. Eso es bueno. Lo que quiero decir es que... él es tu padre. ¿Que importa si llevas su sangre o no? Cualquiera que te vea o te escuché hablar, no podrá negar que eres hijo de Bruce Wayne. De Batman.

Robin sonrió sintiendo su corazón cálido y cómodo, por primera vez, al lado del novio de su padre.

_ Gracias, Clark.

_ De nada. Por cierto, deberías venir de visita más seguido. La casa estaría más animada.

_ Lo haré.

Sonrió y en ese momento llegaron a la baticueva. Superman acompañó a Robin hasta donde Batman estaba investigando algo en su computador.

_ Robin... _ dijo sin mirarlo. _ Estas cerca pero todavía no llegas con él. Ten. _ le extendió su teléfono celular donde ahí estaba reproduciéndose un video de su novio. _ Me lo envió cuando supo que venías.

El chico se sorprendió de saber que el ex mercenario lo estaba vigilando pero no le dio más importancia y decidió escuchar lo que tenía para decir.

_ Vaya, Robin. No has cambiado nada. Sigues siendo demasiado lento en mis adivinanzas. Te daré una última pista antes de que se te acabe el tiempo.

<<Es un lugar que he abandonado con los años. Un lugar que me a provocado  mucho dolor y llanto. A veces quisiera volver a los buenos días, donde nada importaba. Donde todo era felicidad. Todo estaba bien. Donde desafiaba el miedo con una sonrisa, todos los días y de un gran salto>>

El video acabó y Robin más confundido que antes, salió de la mansión  despidiéndose de su padre y superman. Luego en su moto paseó sin saber a dónde ir. Ya no le estaba gustando el juego que Slade estaba jugando. Y estaba casi seguro que a menos que él lo decifrara por si mismo, él otro no se lo diría.

_ Vaya payaso. _ dijo molesto hasta que algo hizo click en su cabeza. _ No es posible. _ se decía al mismo tiempo que aceleró su moto y condujo a las afueras de la ciudad, luego de hacer varias preguntas a las personas que encontraba en su camino. Y finalmente, después de conducir tanto, llegó a un espacio verde apartado de la ciudad.

Una magnífica carpa de circo se alzaba frente a él. No había personas a su alrededor ni dentro de ella por lo que pudo ver a lo lejos su interior al estar la entrada de la carpa abierta. Sus ojos se cristalizaron y antes de que pudiera dejar sus lágrimas caer de sus ojos. Sintió una mano apoyarse en su hombro.

_ Es un lugar muy especial para ti. Uno que no puedes olvidar. Después de todo, te trajo mucha felicidad. _ habló mientras Robin no dejaba de perderse en los recuerdos donde esa misma carpa estaba rodeado de malabaristas, payasos, acróbatas y domadores de animales. Elefantes y bailarines. Un espectáculo ruidoso y mágico tanto fuera como dentro del show que daban siempre que podían. Gente muy amable y trabajadora que siempre lo trataron con cariño y mucho amor. _  Es un lugar donde sonreías a diario. Donde te sentía dichoso, intocable. Protegido a pesar de estar rodeado de peligro. _ Robin recordó a sus padres biológicos. Aquellos que le dieron todo el amor que un niño pequeño como él era capaz de desear. Recordó sus enseñanzas, sus muestras de afecto y sus sonrisas. Incluso ese día en el que aquel hombre de malos pensamientos había decidido arruinar la reputación del dueño del circo al precio que sea. Robin derramó abundantes caminos de lágrimas sin apartar sus ojos de la carpa ahora abandonada. Sin vida. Vacía. _ Es un lugar que has abandonado con los años. Un lugar que te a provocado  mucho dolor y llanto. _ siguió haciendo que la imagen de sus padres colgándose de un trapecio cuya cuerda se iba a romper apareciera en su mente. _ A veces quisieras volver a los buenos días, donde nada importaba. Donde todo era felicidad. Todo estaba bien. Donde desafiabas al miedo con una sonrisa, todos los días y de un gran salto. Desearías poder cambiar lo que pasó ese día e imaginar la vida que tendrías si eso tan horrible nunca hubiera pasado. _ agregó haciendo que Robin lo volteara a ver. _ Pero ahora solo puedes recordar los buenos tiempos y nunca olvidar a los que te amaron.

¿Como sucedió?  (Slade x Robin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora