Salto temporal: Presente. Ajeno a la narración del recuerdo de Robin.
Fue despojado de todas sus armas, pero le dejaron conservar el traje y la máscara, cosa que lo extrañó, pero no dijo nada al respecto. No quisieron quitarle las esposas, puestas con sus manos detrás de su espalda, ni los grilletes en sus tobillos, así que solo dejó caer su cabeza contra la pared del camión y suspiró. Desde que lo subieron en la parte trasera de una camioneta blindada, no había escuchado hablar a ninguno de los cinco guardias que lo tenían custodiado, ni siquiera los que conducían el vehículo. Eso era extraño, pensó, pero no le prestó mucha atención ya que estaba concentrado contando los minutos que habían pasado desde que lo encerraron, por si lo volvían a encerrar en una prisión cuya hora del día era cuestionada, pero cuando llegó a dos horas y veinte minutos de viaje, se cansó y se distrajo pensando en su lindo pajarito. Recordó su encantadora risa infantil que hacía cuando lograba vencerlo en algún juego tonto o en una pelea mano a mano. Sonrió debajo de la máscara por dicho recuerdo. Recordó las veces que habían tenido discusiones, otras más fuertes que otras, y lo ridícula que estas eran, pero lo satisfactoria que era la reconciliación, y no lo decía solo por el sexo, lo decía especialmente porque Robin volvía a él con la guardia baja, con la ciega confianza de que él nunca le haría daño, el saberse con la capacidad de proteger o destruir, se sentía incluso mejor que una noche de pasión. Y el poder que le daba el saber la debilidad de su enemigo, su talón de aquiles, el saber exactamente donde tocar para herir en lo más hondo, la usaría para escapar de prisión otra vez. Y mientras viajaba sin saber a dónde, se perdería en sus recuerdos pasados.
Flashback
Un par de guardias nos llevaban a nuestra celda, luego de tres días en la celda de castigo. Ese tiempo, cuando no conversaba con Robin, pensaba en un nuevo plan para poder escapar, uno que tuviera en cuenta la cantidad aproximada de guardias que vimos en el exterior de la cárcel, la seguridad, y quienes eran los principales encargados del lugar. El científico y Batman. Con eso en mente llegué a la conclusión de que podríamos escapar, siempre y cuando, el murciélago no estuviera presente. Y por lo que escuché de uno de los guardias, que es muy charlatán para mi gusto, éste llegaba en una semana para verificar que todo marchase correctamente en la prisión. Cuando llegamos finalmente a nuestra celda, me acosté boca arriba en la cama, con los brazos en forma de hamaca detrás de mi cabeza, para pensar mejor a la vez que sentía como Robin apoyaba su cabeza sobre mi pecho, y se acomodaba al lado mio en la cama. Suspiré. No logro entenderme. Sé supone que quiero instruir a Robin para volverse un arma letal como yo. Un soldado imparable e inteligente, que sea hábil, fuerte. ¿Como se supone que lo haga si sigo consintiendolo en cosas como está?
_ ¿Estás cómodo? _ dije sarcástico, pero él no se movió de su sitio. _ Robin, ¿te das cuenta que ahora estás demasiado cerca del mercenario que tanto odias? _ el chico se acurrucó aún más a mi pecho y no respondió. _ Robin...
_ Lo sé, Slade. _ dijo sin mirarme, pero podía notar los conmocionado que estaba por el fuerte latido de su corazón. _ No sé cómo llegamos a esto, y sé que no es correcto, pero... te necesito. _ confesó haciendo que abriera grande mis ojos sin poder creer en sus palabras. Robin me miró directamente a los ojos y acercándose más a mí, continuó. _ Te necesito. Te necesito. Te necesi..._ repitió hasta que calle sus palabras con mi boca. Él se asustó y trató de separarse, pero con una de mis manos atrapé su nuca y lo obligué a presionar sus labios contra los míos, para después de un rato, morder su labio inferior para que este abriera su boca y yo pudiera meter mi lengua y jugar con la de Robin a mi antojo, arrancando cada vez más jadeos de su parte. Sus finos labios eran tan dulces y realmente adictivos que no pude dejar de besarlo una y otra y otra vez, sintiendo rápidamente, como el deseo de sentir más, de esa placentera sensación, se apoderaba de todo mi cuerpo, y llevaba mi mano libre alrededor de su estrecha cintura, pegandolo más a mi cuerpo, acariciándolo por debajo de la ropa, de arriba hacia abajo, sobre su espalda, que se contraía por mis caricias. Mientras él trataba de seguir el ritmo del beso entre gemidos. Pero para mí no era suficiente. El calor que había comenzado a subir por todo mi cuerpo, en vez de disminuir con el contacto, solo aumentaba más y más, necesitaba sentirlo, necesitaba quemarme con ese fuego, necesitaba fundirme en el calor de su cuerpo. Quería tenerlo, lo deseaba tan desesperadamente que mi cuerpo comenzó a moverse por instinto, y comencé a quitarle toda la ropa de encima, sin dejar de acariciar o besar alguna parte de su cuerpo. Gruñí al verlo acostado completamente desnudo sobre mi cama con la respiración agitada, su cabello azabache ligeramente desordenado, su sonrojado rostro y sus piernas flexionadas juntas tratando de cubrir su zona baja. Esa imagen frente a mí, hizo que naciera un ciego deseo, que me llevó a bajarme el pantalón hasta los tobillos y separar sus piernas con fuerza, provocando una ligera reacción en su miembro. Siempre desee ver a Robin sumiso ante mí, pero nunca imaginé que sería de este modo. Nunca imaginé que podría ponerme un chico de catorce años, pero eso no impidió que tomara a Robin por el cuello y lo ayudara a sentarse en la cama, para luego ponerlo frente a mi miembro erecto, con su trasero apuntando hacia la pared. _ Slade..._ dijo entre suspiros, a lo que yo acaricié sus labios con mi pulgar, abriendo poco a poco su boca.
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¿Como sucedió? (Slade x Robin)
FanfictionUna relación amorosa poco común entre un héroe de Jump City, y un mercenario, nacerá entre el respetado y admirado líder de los titanes y el enemigo número uno de ellos. Relación que molesta e incomoda a los amigos del más joven, que no descansaran...