D I E C I S E I S

1.2K 93 82
                                    

Allie.

No estoy segura de fue todo eso el otro día en el lago, pero no me quedaron dudas de que quiero a Oliver...

...a millones de kilómetros lejos de mí.

El hecho de que haya dejado tirada a Shaila, siendo ella a quien trajo en primer lugar, solo me hace cuestionarme, ¿por qué no me haría eso a mí? Digo, me besó dos veces, ¡dos veces! Y ninguna fue con mi consentimiento, si hubiéramos seguido probablemente ya estaríamos juntos, saldríamos y nos conoceríamos, para que después vayamos juntos a una especie de fiesta, conozca a alguien más bonita y me deje a mi suerte con gente desconocida.

No lo creo.

Puedo simplemente pasar de eso alejándome de él, evitar que me humille y salir más herida. Plan perfecto. Aunque, desde que lo comencé a analizar y ver un poquitín atractivo he tratado de distanciarme, y no sirve, en absoluto, porque él es el que me lo pone cada vez más complicado.

Entro junto a Dakota a la cafetería, donde cada una toma su respectiva bandeja y nos dirigimos a la mesa de siempre.

—¿Alguien más estará ahí? —pregunta sentándose.

—Solo mi tía, Caleb saldrá —contesto picando lo que tengo de comida. No tengo hambre.

—Oh... ¿y cómo será?

—Oye, relájate, estaremos en mi habitación siempre, a menos de que quieras bajar.

Invite a Dakota mañana a casa con la excusa de que adelantaremos algunas tareas, pero yo solo quiero hacerla sentir bien después de lo que me contó, además debe ser divertido pasar más tiempo con ella.

—Lo siento, es que hace mucho que nadie me invita a su casa —piensa un poco—, bueno, algunos chicos sí, pero para... tu sabes...

—Si, bueno, no es nada del otro mundo, será divertido —le sonrío.

Terminamos y comenzamos a caminar hasta el salón, para poder llegar con tiempo de sobra. En el trayecto, pasamos por el lado de la cancha, donde están Caleb y sus amigos. Yo trato de no mirar hacia ellos, específicamente para no toparme con la oscura mirada de Oliver, no creo soportarla ahora, pero parece que el universo está en mi contra, porque en cuanto levanto la mirada, el aparta la suya de mis ojos en ese instante.

Sigo caminando sin detenerme hasta que por fin llegamos a la clase.

***

—¿Él vendrá? —pregunto perpleja.

—Viene a casa un rato, ¿por qué? —me dice Caleb subiendo en su lado de la camioneta.

Porque mi plan era estar muy lejos de él, no convivir en la misma casa, por eso mismo Caleb. Porque es uno de tus amigos y sería incómodo para ti saber la posición en la que nos encontramos.

—Por nada, está bien —sonrío y me coloco el cinturón de seguridad.

—Bien —la puerta de atrás se abre y sube Oliver—, ¿pizza de peperoni, hawaiana o de champiñones?

—Peperoni —contesta Caleb y comienza a conducir hacia casa.

—¿Allie? —dejo de respirar cuando dice mi nombre, no contesto ni volteo— ¿Tú?

—No quiero.

Escucho su suspiro y un escalofrío recorre mi cuerpo. Supongo que pedirán algo de comer mientras que están en casa haciendo nada, menos mal que estaré en mi habitación en todo momento.

Caleb sale del estacionamiento y comienza a conducir a casa mientras habla de algunas cosas con Oliver, como la feria del otro día, los entrenamientos, los exámenes de la siguiente semana y una fiesta de halloween que habrá en casa de no sé quien en unas semanas. ¿Nunca se cansan de tantas fiestas? Pareciera que no tienen nada mejor que hacer.

De aquí a SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora