De aquí a Saturno

V E I N T I S I E T E

Oliver.

Doy un paso dentro de la casa de Allie y me tenso al instante de tan solo pensar que es terreno de la su tía, la cual me reprendió más que mi propia madre en toda mi vida.

Allie deja escapar una risa de su boca y cierra la puerta.

—Tranquilo —se coloca frente a mí y pone un mechón rebelde de mi cabello fuera de mi frente—, trabajará toda la noche. Dijo que en Halloween es cuando más emergencias hay.

—Si, el día de hoy la ciudad es de los demonios —bromeo y me hago hacia delante para darle un corto beso.

A pesar de que fue muy corto el contacto, pude alcanzar a percibir un ligero sabor metálico.

—O simplemente víctimas de bromas muy pesadas —dice pero nota mi expresión y enarca una ceja—. ¿Qué?

—¿Qué hacías? —cuestiono en busca de saber el porqué de lo que sentí.

Ella gira sus ojos y comienza a subir las escaleras dejándome atrás.

—La estúpida tarea de matemáticas, llevo una eternidad resolviendo un solo problema y lo único que he logrado es dolor de espalda.

Entramos a su habitación y nos sentamos en medio de su cama, junto a pilas de hojas, libros y cuadernos con algunos lápices a los alrededores.

—Te ayudo —le informo.

—Claro que no, tú has venido a ver una película, no ha hacer deberes.

—Por Dios, amo las matemáticas.

—Nadie ama a las matemáticas.

—Yo lo hago.

Entrecierra sus ojos y sacude su cabeza en forma de negación con una sonrisa.

—Que no, mejor ve y busca una buena película, bajaré en un minuto.

—Será medio minuto si me dejas ayudarte.

Sé la presión que le causa a Allie el no poder hacer algo o el simple hecho de que se le dificulte.

Tomo el cuaderno que tenía entre sus manos y lo ojeó un poco para darme cuenta que, en verdad, si está muy difícil esto. Mi mirada cae en Allie unos segundos y luego en sus apuntes.

—Las matemáticas son horribles, todo iba bien hasta la parte cuando a algún genio se le ocurrió agregar letras —alisa su coleta alta.

—Nunca fueron buena idea las matemáticas, Allie —mis ojos se mueven muy rápido a través de las instrucciones.

Por fin logro encontrar una punta para el enredo de ecuaciones y pasamos no un minuto, si no cuarenta en los problemas. Claro que no todo fue solo eso, hubo algunas pausas para reír y otras más... ejem... interesantes.

Allie se ha vuelto buena en el hábito de besar.

—Oliver —me llama Allie mientras junta todo el desastre que se ha vuelto sobre su cama respecto a cuadernos—, ¿sabes con quién ha estado saliendo Caleb los últimos días?