De aquí a Saturno

T R E I N T A Y T R E S

Les recomiendo escuchar la música mientras leen el capítulo. No tiene letra, así que los que se desconcentran fácilmente pueden estar tranquilos.

Oliver.

Me recuesto sobre la cama de Allie y ella se acerca a mí emocionada, trae consigo una pequeña caja decorada con tela color rosada.

—Espero que valga la pena —me acomodo sobre algunos peluches que están ahí.

Pasa una pierna por encima de mí y se coloca a horcajadas sobre mi estómago.

—Claro que sí, y valdrá más para mí —ríe—. Una foto tuya maquillado debe tener lugar en tu celular.

Pongo mis manos a cada lado sobre sus caderas para acomodarnos ambos, Allie abre la caja que llevaba dejándome ver lo que ahí dentro. Es mucho maquillaje, incluso hasta me sorprende porque ella nunca lleva.

—¿Por qué tienes tanto si ni siquiera lo usas?

—Es bonito —toma una tablita con muchos colores y lo que parece ser un pincel—, no puedo ponerlo por mucho tiempo en mi cara pero me gusta tenerlo.

—Eso es... extraño.

Suelta una risa y se inclina hacia delante, su pecho casi toca el mío y puedo sentir el calor de su respiración.

—Cierra los ojos —ordena.

Lo hago y al instante siento las hebras del pincel tocar mi párpado. Lo mueve de un lado a otro para después pasar al otro ojo.

—Abre.

Trato de abrirlos y mirarla pero un polvo color verde cae dentro de mis ojos, haciendo que los vuelva a cerrar. Allie ríe y yo me tallo los párpados para que el ardor cese.

—¡No hagas eso! —toma mi mano con rapidez pero es muy tarde, supongo que su trabajo ahora está mis nudillos— ¡Oliver! Ahora mira tu mano, está toda verde.

Con trabajo trato de nuevo de abrir mis ojos y la observo. Trata de limpiarme los dedos con una toalla húmeda.

—Lo siento —echo una risa.

—Lo siento —me imita haciendo su voz más grave, cosa que me hace reír aún más.

—Venga, otra vez, prometo que no abriré ni me tocaré los ojos.

—¿Seguro?

—Si, comienza —dejo caer mis párpados esperando de nuevo la sensación de las hebras sobre él, pero cuando siento la respiración de Allie cerca de la mía me inclino hacia ella y plantó un beso sobre sus labios.

Los recuerdos me abruman de una manera impresionante.

Mis pies chocan contra el pavimento de la calle. Comienzan a doler un poco, pero no pienso en eso ahora.

Mi mente es una mierda. Cada vez que conviví con Allie pasa por mi cabeza atormentándome.

Esquivo a un grupo de personas siguiendo mi camino. El viento choca con mi rostro.

—Es muy bella —la catarina se posó sobre el dedo de Allie, y ella la acercó a sus ojos para observarla mejor.

Niebla camina cautelosamente hacia ella y olfatea al insecto.

—No me digas que nunca habías visto una —me divierto sentándome sobre el césped a su lado.

—Claro que si había visto, he visto muchas, pero ésta es de un país diferente.